Guajardo, el negociador que volvió a hacer historia
El secretario de Economía jugó un papel clave en la renegociación del TLCAN al evitar que el presidente Trump cumpliera su amenaza de acabar con el acuerdo. El as bajo la manga del político fue la experiencia que obtuvo al formar parte del equipo que firmó el tratado original
Nayeli Meza OrozcoAsumir el compromiso no fue fácil. El 26 de abril de 2017, el secretario de Economía Ildefonso Guajardo recibió una llamada tras culminar una gira de trabajo en Londres. La voz al otro lado de la línea telefónica era la del canciller Luis Videgaray.
“Es urgente que te comuniques con tu homólogo Wilbur Ross porque en estos momentos hay un documento en el escritorio del presidente de Estados Unidos para notificar su salida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)”, dijo Videgaray ese miércoles.
No sólo estaba en juego un billón de dólares anuales en intercambios comerciales entre los tres países, también la estabilidad de la región de América del Norte.
El político originario de Nuevo León comenzó a mover sus fichas para evitar que la amenaza del inquilino de la Casa Blanca se cumpliera. Para ello, se apoyó de un equipo negociador conformado por Keneth Smith, Juan Carlos Baker y Salvador Behar, tres experimentados servidores públicos en comercio exterior y hombres de su confianza.
El titular de Economía se convirtió en un personaje clave en la modernización del acuerdo comercial, ya que su experiencia previa le permitió tener cierta ventaja sobre las delegaciones estadounidense y canadiense.
Basta recodar que en 1991 el funcionario se integró a la Oficina para Asuntos del Tratado de Libre Comercio, con sede en la embajada de México en Washington, la cual dirigió hasta 1994.
Durante ese tiempo, fue parte del equipo de negociación del TLCAN original, que en ese entonces encabezaba Jaime Serra Puche y Herminio Blanco.
María del Carmen Cendón, catedrática de la Facultad de Derecho de la Universidad La Salle, destaca que el economista se convirtió en un protagonista de la modernización del acuerdo comercial.
“El gran acierto del secretario fue que logró ganarse la confianza de los integrantes de las delegaciones negociadoras. El dominio en los temas, incluso en los más espinosos, provocó que su voz ganara peso a lo largo del proceso”, comparte.
Hace 13 meses, cuando dieron inicio las negociaciones para modernizar el acuerdo, los países eran los mismos, más no las condiciones. Prueba de ello es que en la década de los 90 el punto en común era la apertura comercial.
Para agosto de 2017, esto no era suficiente, pues los tres socios buscaban defender sectores clave para su economía entre los que destacaron el automotriz y el lácteo.
A casi un año y medio del episodio, los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá pueden presumir de haber llevado a buen puerto las negociaciones para modernizar el tratado que entró en vigor el 1 de enero de 1994, aunque bajo un nuevo nombre: Acuerdo Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés).
Juan Pablo Galicia, analista político, considera que la experiencia del secretario de Estado ayudó a enfrentar las amenazas del presidente Trump y a cabildear temas sensibles con sus contrapartes.
El desempeño de Guajardo en las negociaciones del USMCA fue reconocido en el comunicado conjunto que difundieron Washington y Ottawa tras haber logrado un entendimiento bilateral.
“Nos gustaría dar las gracias al ministro mexicano de Economía Ildefonso Guajardo por su cercana colaboración durante los últimos trece meses”, se lee en el documento.
Carrera en el futuro
El economista de 61 años fue uno de los pocos funcionarios que se mantuvo en el mismo cargo durante la presente administración.
“El secretario se convirtió en una pieza clave en el tablero de ajedrez de este gobierno. El legado que deja habla bien del trabajo que lo antecede”, declara María del Carmen Cendón, de la Universidad La Salle.
A menos de dos meses de que concluya su gestión al frente de la Secretaría de Economía, el economista no ha dado señales de cuál será el camino que tomará tras su salida de la dependencia.
Sin embargo, al analizar su trayectoria, Juan Pablo Galicia opina que los caminos que puede tomar están que regrese a la vida política como diputado o, incluso, en el largo plazo que aspire a ser gobernado de Nuevo León.
“Ildefonso Guajardo se va con una muy buena reputación, aunque también deja varios pendientes en materia económica. Su salida de la secretaría no es el fin de su carrera política, al contrario, habrá que estar muy pendiente de cuáles serán sus siguientes movimientos”.