Lecciones para Pemex
En febrero, el cambio en la dirección general de Pemex dejó en evidencia que la firma petrolera mexicana se encontraba en su peor momento en la historia. La crisis orilló al gobierno federal a ofrecer un apoyo de casi 250 mil millones de pesos para mejorar el deteriorado balance financiero de la firma.
Indigonomics Staff
En febrero, el cambio en la dirección general de Pemex dejó en evidencia que la firma petrolera mexicana se encontraba en su peor momento en la historia. La crisis orilló al gobierno federal a ofrecer un apoyo de casi 250 mil millones de pesos para mejorar el deteriorado balance financiero de la firma.
Al asumir el puesto, José Antonio González Anaya, el nuevo director de Pemex, dejó en claro que el problema inmediato era de liquidez. En ese sentido, el nuevo proyecto del Paquete Económico 2017 determinó un recorte de 100 mil millones de pesos para la otrora paraestatal.
Sin embargo, la transformación de la estructura de costos no representa un fenómeno exclusivo de Pemex. A lo largo de toda la industria petrolera, particularmente en las grandes firmas energéticas globales, la austeridad se convirtió en el centro de una estrategia abocada a crear empresas resilientes en un escenario de bajos precios del crudo.
La caída de los precios del petróleo, que pasaron de 107 dólares en junio de 2014 a 43 dólares al cierre de la jornada de ayer, marcó un punto de quiebre para la industria. Las empresas del sector cambiaron un enfoque en el que se privilegiaba la acumulación de reservas petroleras mediante un gasto extensivo en nuevos proyectos de exploración y producción por una visión de control de costos.
En ese sentido, esta semana, Goldman Sachs publicó un informe en el que se argumenta que, aún antes de la debacle del mercado petrolero, los rendimientos al capital invertido de las firmas del sector inició una trayectoria descendente.
Un grupo de analistas, dirigidos por Henry Tarr, director del equipo de petróleo en la unidad de investigación bursátil de Goldman Sachs, sostienen que el retorno de efectivo a la inversión del capital disminuyó para BP, Exxon y Shell entre el 2005 y el 2014.
Durante gran parte de ese periodo, los precios del petróleo se ubicaron por encima de los cien dólares, tocando un máximo de 150 dólares en el 2008.
A pesar de que las ganancias de estas firmas se incrementaron entre el 2005 y el 2014, en línea con los incrementos en el valor del crudo, el deterioro de la capacidad de las firmas para generar efectivo significó el preludio de un cambio de paradigma en la industria que se volvió evidente en el 2014.
Recomendaciones para el Plan de Negocios
El reporte de Goldman Sachs es relevante para la situación de Pemex, considerando que el director general ha insistido en que la firma tiene un problema de liquidez, mas no de solvencia.
La nota se publica en un momento en el que los Criterios Generales de Política Económica muestran un deterioro en los indicadores de costos y producción de Pemex.
No obstante, el documento de la Secretaría de Hacienda explica en reiteradas ocasiones que esas estimaciones no contemplan el nuevo Plan de Negocios de Pemex que se dará a conocer este año.
De tal suerte, el reporte de Goldman Sachs podría ofrecer recomendaciones relevantes para la firma mexicana. Los analistas del banco sostienen que el cambio tecnológico y la composición del mercado, marcado por la sobre oferta global, se han conjugado para igualar la curva de costos de las empresas del sector.
En este momento, argumentan, las firmas únicamente están obteniendo ganancias equivalentes al costo de capital. Si el precio del crudo se mantiene debajo de los 50 dólares, incluso este piso de ganancias estaría en riesgo.
Además, se advierte, esta coyuntura podría obligar a las grandes firmas energéticas a recortar sus dividendos a inversionistas, uno de los pilares que son considerados sacrosantos en la industria petrolera.
Dadas las condiciones del sector, un escenario sombrío para firmas como BP, Shell y Exxon necesariamente implicará un escenario oscuro para Pemex.
Un escenario sombrío para firmas como BP, Shell y Exxon necesariamente implicará un escenario oscuro para Pemex.