Gobierno de AMLO deja reto fiscal con déficit proyectado para 2024

El paquete económico propuesto por la Secretaría de Hacienda en el último año del gobierno obradorista y el estado de las finanzas públicas del país obligan a que la próxima administración implemente de manera prioritaria una reforma tributaria, aseguran expertos.

La consolidación de programas sociales, el apoyo a las empresas productivas del Estado y la conclusión de proyectos de inversión como el Tren Maya marcan la política de gasto que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) propone para el próximo año y que asciende a 9 billones de pesos.

Sin embargo, el déficit público, que se entiende como la diferencia entre lo que ingresa a las arcas del Estado mexicano y lo que se gasta, llegará a 4.9 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB) del país, la cifra más alta desde 1990; por lo que analistas financieros, centros de investigación y agencias calificadoras coinciden en la necesidad urgente de impulsar una modificación fiscal que se traduzca en un incremento de los ingresos públicos.

Aunque la necesidad de aumentar los recursos económicos para la implementación de políticas públicas y proyectos de infraestructura no es nueva, vuelve a tomar relevancia ya que los ingresos presupuestarios continúan en niveles similares a los registrados al inicio de sexenio.

Tan solo este año, el gasto bajo concepto de desarrollo social requerirá 4 billones 384 mil millones de pesos y en el que resalta un incremento del 25 por ciento en el monto entregado a través del programa de la pensión para las personas adultas mayores.

A pesar de que la SHCP propone una recaudación de 7.3 billones de pesos en 2024 es poco probable que se logre, como ya ha sucedido anteriormente; lo que marca prácticamente un sexenio perdido en términos de ingresos públicos y es evidencia suficiente para señalar la necesidad de una reforma tributaria, apunta Alejandra Macias, directora ejecutiva del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

“Ante la previsible fragilidad en las finanzas públicas en los próximos años por las presiones derivadas de los programas sociales, el continuo apoyo a Pemex, el deterioro de la infraestructura debido a la falta de mantenimiento, el costo financiero de la deuda y el pago de pensiones públicas, será necesario que el siguiente gobierno federal diseñe e implemente una reforma fiscal que aumente los ingresos tributarios”, considera BBVA Research al valorar el paquete económico 2024.

Incluso la agencia calificadora Moody´s observa que la actual administración deja al siguiente gobierno poco margen de maniobra gracias al apoyo financiero a las empresas del Estado e inversión en proyectos de infraestructura, y aunque se espera que estos disminuyan en el siguiente año, no será suficiente para liberar tensión en las arcas públicas de México.

“Aún cuando puede que el gasto de inversión se reduzca una vez se completen los proyectos emblemáticos, los gastos corrientes como las pensiones serán difíciles de ajustar a la baja, sobre todo por temas sociopolíticos. Dado este contexto, la próxima administración enfrentará retos mayores en el ámbito fiscal, incluyendo el referido a considerar una amplia reforma tributaria para recuperar el espacio fiscal perdido”, señala Renzo Merino, analista senior de Moody’s.

Por lo pronto, se espera que en el Congreso de la Unión del 20 de octubre al 15 de noviembre se analice, discuta y en todo caso apruebe el último paquete económico de la administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador; justo al inicio del año electoral que culminará con las elecciones para la presidencia de México.

Panorama complejo

El paquete económico 2024 parte del principio de una economía mexicana con un consumo privado fuerte, la atracción de una mayor cantidad de Inversión Extranjera Directa (IED) gracias al proceso de relocalización industrial conocido como nearshoring y un mercado laboral dinámico, lo que dará como resultado un crecimiento del PIB de entre 2.5 a 3.5 por ciento.

No obstante, también se contempla un escenario en que, a pesar de la baja en la inflación, esta se sitúe al final del próximo año en 3.8 por ciento, aún elevada para la meta fijada por el Banco de México (BANXICO); manteniendo así la tasa de interés en 9.5 por ciento con la posibilidad de incrementarse si factores adversos en el plano internacional se intensifican.

Pero uno de los factores adversos para las finanzas públicas de México que no se contempla en el próximo año es que ninguno de los candidatos presidenciales que hasta ahora se sabe participaran en el proceso electoral del próximo año contempla de manera seria o ha hecho explícita su intención de llevar a cabo un reforma fiscal, de ganar las elecciones.

Incluso, Claudia Sheinbaum, ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, probable candidata a la presidencia por el partido MORENA y puntera en las encuestas ha declarado en diversas entrevistas que no es necesaria una modificación en el plano tributario nacional por el momento.