Ganancias de la NFL interceptadas por la pandemia

La NFL se alista para comenzar una nueva temporada, sin embargo, los equipos deberán realizar diversos ajustes con el objetivo de proteger a sus jugadores de posibles contagios y al mismo tiempo tendrá que buscar la forma de monetizar sus partidos
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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Los próximos touchdowns no tendrán celebraciones masivas. Los equipos de la NFL jugarán en estadios vacíos y bajo estrictos protocolos sanitarios, ya que al ser un deporte de contacto el riesgo es más alto.

Una temporada con estadios vacíos le costará a las franquincias entre 3 mil y 5 mil 500 millones de dólares, de acuerdo con estimaciones de la Asociación de Jugadores de la NFL (NFLPA, por sus siglas en inglés).

Aunque la liga es una de las más exitosas y lucrativas a nivel mundial, en este momento lidia con varios problemas. Algunos de sus patrocinadores están renuentes a desembolsar dinero para la temporada que comenzará el 10 de septiembre con el encuentro entre los Jefes de Kansas City y los Texanos de Houston por la crisis que golpeó al sector de la publicidad, además, los equipos deben encontrar la forma de conseguir ingresos, ya que los fanáticos permanecerán en casa.

Desde antes del inicio de la temporada regular, el COVID-19 sacudió al negocio, pues con el draft 2020 que se realizaría en Las Vegas se esperaba una derrama por el orden de los 230 millones de dólares y una asistencia de al menos 600 mil personas.

La falta ingresos provenientes de la venta de boletos, concesiones, anunciantes y servicios de estacionamiento en los estadios profundizará el impacto de los 32 equipos.

Y aunque la crisis sanitaria reconfiguró al mundo deportivo, la NFL sigue adaptándose para salir adelante. Prueba de ello es que se incorporará un protector bucal que fue bautizado como el Oakley Mouth Shield, que servirá como barrera entre los deportistas.

Iván Pérez, director de El Míster, considera que la crisis provocó que la industria del deporte en general evolucionara y en el caso de la NFL le puso de frente una prueba para aprender a blindarse ante este tipo de circunstancias.

Es una oportunidad para que la NFL replanteé otras formas de monetización y es claro que está muy bien blindada con sus derechos de transmisión y aun cuando se juegue a puerta cerrada la televisión le seguirá dando ganancias
Iván PérezDirector de El Míster

Tacleados en el vestidor de la NFL

Además de los problemas financieros, la liga también se enfrenta a los brotes del virus entre los equipos. Esto provocó que varios de sus jugadores decidieran que no pisarán el emparrillado durante la temporada 2020 con el objetivo de protegerse a ellos y a sus familias.

El último reporte de la NFLPA muestra que durante la temporada baja se reportaron 107 casos positivos de COVID-19 y unos 64 deportistas obtuvieron el mismo resultado desde que comenzaron a presentarse en los campos de entrenamiento en julio.

El área médica de la NFL realizó 75 mil pruebas en las dos primeras semanas de agosto y, según un comunicado, matendrá activo este protocolo hasta que la cúpula directiva lo considere necesario.

La lista de jugadores que se apegaron a la cláusula de exclusión voluntaria y que no participarán en la temporada pandémica está conformada por 67 jugadores, de los cuales ocho pertenecen a los Patriotas de Nueva Inglaterra, que en conjunto dejarán de percibir más de 24 millones de dólares en sueldos, aunque recibirán una compensación económica.

Con cinco bajas, los Cafés de Cleveland se convirtieron en el segundo equipo de la liga con el mayor número de renuncias, dentro de las que destacan la del tackle defensivo Andrew Billings, el tackle ofensivo Drake Dorbeck, y el guardia Drew Forbes.

Uno de los pocos equipos que se mantuvo sin cambios en materia sanitaria fueron los Acereros de Pittsburgh, que no pudieron enfrentarse en el partido del Salón de la Fama contra los Vaqueros de Dallas el pasado 6 de agosto a causa de la pandemia.

En el caso de Dallas tres de sus jugadores se fueron a la banca de manera voluntaria, aunque cobró relevancia la situación del ala defensiva, DeMarcus Lawrence, quien analizó la posibilidad de no participar en la temporada con el propósito de salvaguardar la integridad de sus seres queridos. Al final anunció que entrará al emparrillado, pero se alejará de su familia durante las siguientes dos semanas y permanecerá en el Omni Frisco Hotel con sus compañeros.

Iván Pérez opina que la decisión de los jugadores es comprensible al tomar en cuenta que están privilegiando su salud y de las personas que los rodean, y adelanta que los equipos están preparados para dar una buena temporada.

“En términos deportivos esta situación representa que varios equipos no contarán con activos valiosos y en un deporte de contacto como el americano sí se puede llegar a resentir, sin embargo, tanto la liga como los equipos y los aficionados entienden que esto es consecuencia de una crisis que nunca se había vivido”.

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