G20 mira hacia un lado y queda pendiente justicia tributaria

Mientras las grandes fortunas del mundo continúan incrementándose, sigue la persistencia por generar un régimen fiscal mundial más justo
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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El grupo de las economías más grandes del mundo deja fuera la conversación sobre cómo gravar la riqueza extrema durante su última reunión, desatendiendo la demanda de intelectuales, políticos y millonarios.

El G20, concentra cerca del 85 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) global, más del 75 por ciento del comercio mundial y dos tercios de toda la población en el planeta; por ello es considerado el principal foro para la cooperación económica internacional y las decisiones que se toman durante sus cumbres suelen marcar la pauta en materia política y hasta fiscal.

Sin embargo, a pesar del gran peso que tiene dicha reunión, atender las consecuencias que genera la concentración de la riqueza en unas pocas manos no forma parte de la agenda prioritaria del grupo.

Cabe destacar que cuatro centavos de cada dólar de ingresos fiscales provienen de impuestos sobre la riqueza, explica a Reporte Índigo Carlos Brown, director de conocimiento y justicia fiscal en Oxfam México.

Oxfam ha documentado que durante la última década los multimillonarios han duplicado su riqueza al apropiarse de 54 dólares por cada 100 de riqueza creada, en gran medida, gracias a nulas tasas impositivas a las ganancias extraordinarias y localizar sus fortunas en países donde los impuestos a las herencias o las políticas redistributivas son nulas; por lo que la iniciativa “tax extreme wealth”, integrada por cerca de 300 personalidades,  busca que las economías más grandes del mundo aborden el tema de manera contundente.

“Décadas de reducción de impuestos para los más ricos, basadas en la falsa promesa de que la riqueza en la cima beneficiaría de alguna manera a todos, han contribuido al aumento de la desigualdad extrema. Nuestras decisiones políticas permiten que los multimillonarios continúen utilizando paraísos fiscales y disfruten de un trato preferencial, al punto de que en la mayoría de los países del mundo pagan tasas impositivas más bajas que las personas comunes”, se lee en la carta firmada por millonarios, economistas y políticos.

Entre las voces que demandan al G20 nuevos regímenes fiscales que eliminen la capacidad de los multimillonarios para evadir el pago de sus obligaciones están Abigail Disney, filántropa y heredera de la compañía fundada por Walt Disney, Joseph Stiglitz, premio nobel de economía y Bernie Sanders, senador de los Estados Unidos no han sido atendidas.

A pesar de que el grupo reafirmó su compromiso para cooperar en la labor de construir un sistema tributario internacional justo, sostenible y moderno en la declaración final de los líderes del G20 en Nueva Delhi, no se generó un acuerdo o acción concreta sobre el tema de gravar a las grandes fortunas; todo el esfuerzo en materia tributaria del grupo se concretó a refrendar el apoyo a la rápida implementación de paquete internacional fiscal de dos pilares propuesto por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Con dicho plan, que parte de la implementación de un marco regulatorio de amplio alcance que derive en la aplicación de un impuesto mínimo global a grandes empresas, el G20 espera que para 2025 el 90 por ciento de las compañías multinacionales con ingresos superiores a 750 millones de euros tributen hasta el 15 por ciento de los ingresos que obtengan en las jurisdicciones que operen.

“Después de estos años posteriores a la pandemia quedó muy claro que, quienes estaban pagando los platos rotos eran la mayoría de la población, sobre todo en un momento donde por primera vez crecieron riqueza extrema y pobreza extrema; y eso se refleja a su vez que los sistemas tributarios están diseñados por y para las personas millonarias, algo que cada vez parece más obvio”, reflexiona Brown.

América Latina impulsa el debate

A pesar de que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) considera a la región latinoamericana como la más desigual del mundo, actualmente existen esfuerzos exitosos por impulsar el debate sobre la justicia fiscal en países como Colombia o Brasil, y otros que se han visto obstaculizados, como es el caso de la reforma tributaria propuesta por la administración de Gabriel Boric, presidente de Chile.

Otro ejemplo es el de la cumbre fiscal regional celebrada el pasado mes de julio en Cartagena de Indias, Colombia; donde autoridades de los ministerios de hacienda, economía y finanzas de 16 países de la región, líderes políticos y representantes de organismos internacionales, regionales y de la sociedad civil se reunieron para la creación de una plataforma de cooperación en temas de tributación.

“Hay señales de lo que está sucediendo en el panorama internacional, es decir, el mundo quiere poner en la mesa la discusión de quién paga la cuenta en nuestras sociedades y me parece muy imparte que México no se quede fuera de esa conversación”, advierte el director de conocimiento y justicia fiscal en Oxfam México.

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