Fuerza laboral femenina, transformadora del mercado

En 10 años el PIB de México podría crecer hasta 15 por ciento más que en 2020 si se integra al mercado laboral a las trabajadoras y se revierte la brecha entre hombres y mujeres
María Fernanda Navarro María Fernanda Navarro Publicado el
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Durante años se ha insistido en que la integración de las mujeres a la fuerza laboral en México es un elemento fundamental para el crecimiento económico del país, pero el avance ha sido escaso.

El crecimiento podría ser hasta 15 veces mayor al Producto Interno Bruto (PIB) que se registró en 2020 si se suman 8.2 millones de mujeres al mercado laboral para 2030, de acuerdo con cálculos elaborados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En el escenario que propone el IMCO para el 2030, la economía mexicana tendría 3.5 billones de pesos adicionales si la tasa de participación de las mujeres fuera similar al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es decir, del orden de 56 por ciento.

“Este es un escenario conservador, porque muchas de las estimaciones que se hacen es en caso de que no hubiera brecha en el mercado laboral entre hombres y mujeres, pero sabemos que eso no va a pasar en el corto plazo, por eso nos basamos en la diferencia que implicaría alcanzar la tasa de participación de la OCDE. Hoy tenemos una tasa de participación del 41 por ciento de las mujeres (en edad de integrarse a la fuerza laboral)”, explica Fatima Masse, directora de sociedad incluyente del IMCO

Pero estas prometedoras estimaciones de crecimiento parecen inasequibles en el panorama presente al ser México una de las naciones con menor participación femenina en el mercado laboral entre los países de la OCDE y luego de que descendió aún más con los efectos que provocó la pandemia por COVID-19 en las empresas y los hogares mexicanos.

Las labores de cuidado a los menores de edad, que reciben clases a distancia; personas con enfermedades, con alguna discapacidad o los adultos mayores, mismos que se han tenido que intensificar por la crisis sanitaria; han recaído sobre todo en las mujeres mexicanas. De hecho, cálculos elaborados por el IMCO advierten que 21 por ciento de las trabajadoras que salieron del mercado laboral 2020 lo hicieron para asumir una responsabilidad familiar.

Este es el caso de Adriana Medellín, madre soltera de 28 años, que laboraba en una tienda de lencería ubicada en el Centro de la Ciudad de México. Al no considerarse un negocio de primera necesidad, la tienda bajó su cortinilla en abril de 2020 y alrededor de ocho trabajadoras más perdieron su empleo.

El patrón me habló como por julio para ver si podía regresar a trabajar, pero pues mi hermana y yo somos mamás solteras, entonces decidimos que yo me iba a quedar en la casa para vigilarlos con la escuela y cuidar a mi mamá con quien vivimos y ella iba a trabajar. Con el sueldo de mi hermana y la pensión de mi mamá pues tratamos de sacar los gastos”, explica.

Rocío del Olmo, no dejó su empleo como contadora de una empresa privada pero el home office ha incrementado el número de actividades que parecen ser su responsabilidad a diferencia de su esposo, también de profesión contador

50.4
horas a la semana destinan las mujeres al trabajo doméstico y labores de cuidado, el doble que el tiempo que dedican a esas actividades los hombres

“Los dos tenemos trabajo y lo hacemos desde la casa, pero pues él se enfoca mucho en lo que tiene que hacer de su trabajo y dice que se complica o se distrae si pone atención a otras cosas y yo pues tengo que estar pendiente de las clases de mis hijos, de hacer la comida, de tener un poco ordenado el depa, y me agoto, me desespero mucho”.

Aunque el panorama se recrudeció desde el 2020, las mujeres mexicanas tradicionalmente han asumido las tareas del hogar y cuidado. De acuerdo con datos recuperados por el IMCO, hasta 2019 ellas dedican 50.4 horas a trabajos no remunerados en contraste a los hombres que destinan 19.6 horas; en tanto que para el mercado laboral ellos dedicaban 47.7 horas y ellas 37.9.

Otros factores que contribuyeron al desempleo femenino en el país durante 2020 fue la afectación al sector de los servicios en donde se concentraba un buen número de trabajadoras, explica Masse.

Para alcanzar la meta de integrar a 8.2 millones de mujeres al mercado laboral es necesario establecer un sistema universal de cuidados, aumento de los permisos de paternidad e incentivar la certificación de las empresas con la norma 025 en Igualdad Laboral y No Discriminación, señala el IMCO.

La directora de sociedad incluyente del IMCO también pone especial énfasis en que al menos 70 por ciento de dichos trabajos deberán estar integrados al mercado laboral formal.

No es una lucha por la equidad per se, realmente captar el talento de las mujeres en las empresas da muchísimos beneficios, las mujeres que desean incorporarse y puedan hacerlo van a tener autonomía económica, los hogares que lo logren van a tener más ingresos, las empresas van a incrementar sus márgenes ganancia, incluso vamos a tener más recursos fiscales para sustentar el resto de la agenda
Fatima MasseDirectora de sociedad incluyente del IMCO

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