El COVID-19 “infectó y mató” a 2.7 millones de negocios formales de todos los tamaños en América Latina y el Caribe, pero las pequeñas y medianas empresas resultaron más afectadas toda vez que la mayoría está integrada en los sectores de servicios, tienen bajos niveles de productividad y les cuesta más trabajo adoptar herramientas digitales.
Que más de 2.7 millones de empresas hayan cerrado supone una pérdida de aproximadamente ocho millones de empleos, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su estudio “Construir un futuro mejor: acciones para fortalecer la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”.
El informe detalla que 63 por ciento de las microempresas de la región operan en actividades que están expuestas a un fuerte impacto por la crisis económica y sanitaria, por ejemplo, comercio y hoteles y restaurantes; a diferencia de un porcentaje menor de empresas grandes en estos mismos sectores.
“Dado que la capacidad de resiliencia frente a un mismo impacto sectorial es proporcional al tamaño de la empresa, esto tiene consecuencias importantes cuando se consideran los efectos de la crisis en la posibilidad de las empresas de seguir operando, lo que dificulta el logro de un crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos”, señala la Cepal en su informe.
Explica que la gran mayoría de las microempresas y negocios que dejaron de funcionar se encuentran en el sector comercio, señalado por su baja productividad y escasas barreras de entrada, es decir, creación de nuevas empresas. Por ello no descarta que experimente un rápido incremento de la tasa de entrada, siempre y cuando se dé una recuperación económica de la región y que éstas modifiquen sus modelos de negocios.
Pero el retorno a la senda del crecimiento del PIB en la región parece complicado, de hecho la Cepal estima que el PIB de los países de América Latina y el Caribe alcanzará los niveles de 2019 para el año 2024. Este panorama podría generar incentivos en el aumento de actividades informales o que se retrasen los procesos de formalización sobre todo en las unidades productivas más pequeñas.
En el caso de la modificación de modelos de negocios, la Cepal señala que este proceso implica un aumento en los costos fijos y variables para que entre otros aspectos las empresas puedan adaptarse a la evolución de la demanda, lograr una mayor interacción con clientes y proveedores, reorganizar la cadena de proveedores para evitar desabastecimiento de insumos y productos, e incorporar la seguridad sanitaria como factor de diferenciación de bienes, servicios y procesos valorados por los clientes.
Sin embargo, advierte que dado el limitado nivel de sofisticación tecnológica del sector productivo y la estructura empresarial en los países de América Latina y el Caribe, no es suficiente impulsar y facilitar la adopción de tecnologías, para potenciar el ecosistema digital, sino aplicar políticas estructurales que apoyen el avance tecnológico, la innovación y la productividad.
Aunque destaca que durante la pandemia las empresas entendieron la oportunidad que representa tener presencia en línea para llegar a los consumidores y en ese sentido Brasil y Chile aumentaron hasta 360 por ciento el número de páginas web de empresas y Colombia y México hasta 800 por ciento, durante abril de 2020 en comparación con el mismo mes de 2019.
Pymes y negocios mexicanos
En el caso de México, la Cepal destaca que se “destruyeron” un millón 10 mil 857 empresas, frente a 619 mil 443 que se crearon aunque precisa que estas tienen menos trabajadores que las que dejaron de operar.
El último paro de las actividades no esenciales en varios estados del país, durante diciembre y los primeros días de enero, el periodo comercial más importantes del año, impactó aún más a las pequeñas y medianas empresas.
Aunque el gobierno federal insiste que el país se está recuperando del golpe económico que significó la pandemia por COVID-19, también ha señalado la necesidad de establecer una “reforma profunda, radical, para la simplificación” de apertura de nuevas empresas y el pago de impuestos.
“Vamos a simplificar a partir de darle toda la confianza a los contribuyentes; sobre todo, esto va a ir orientado a las micro, pequeñas y medianas empresas, básicamente”, expresó el presidente Andrés Manuel López Obrador durante su conferencia matutina del pasado lunes.