En medio del encuentro entre el presidente de Estados Unidos Donald Trump y Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se llegó al acuerdo de frenar la guerra comercial entre ambos bloques.
Aunque aún siguen en vigor los impuestos al acero y al aluminio decretados por el Gobierno de Estados Unidos y las represalias emitidas por la Unión Europea, en la capital estadounidense los mandatarios acordaron paralizar la aplicación de nuevos aranceles mientras duren las negociaciones emitidas por un equipo de trabajo de ambas partes.
“Somos socios cercanos, aliados, no enemigos. Tenemos que trabajar juntos”, declaró Juncker dentro del Despacho Oval de la Casa Blanca, el día de ayer.
Después de que Estados Unidos implementara aranceles a la Unión Europea hace algunas semanas, a la cual señaló como enemiga de América por haber respondido de la misma manera, se inició una guerra comercial.
Al terminar el acuerdo, Bruselas prometió importar más soya y gas natural licuado procedente de Estados Unidos. Antes de la reunión, la capital de Bélgica tenía preparados posibles nuevas represalias por valor de 20 mil millones de dólares en caso de que Washington impusiera nuevos aranceles a los vehículos.
Bélgica tenía preparados posibles nuevas represalias hacia Estados Unidos
El pacto impuesto entre ambos líderes es un paso decisivo para rebajar aún más la guerra comercial reciente y de alejar los posibles aranceles que Estados Unidos planeaba contra la industria automovilística europea.
El magnate estadounidense confía en que imponer impuestos puede hacer que sus socios internacionales accedan antes sus exigencias.