Otra vez adiós
A cinco meses de cancelar un proyecto de 1.6 mil millones de dólares en San Luis Potosí y anunciar que el Focus se fabricaría en Hermosillo, la automotriz Ford modificó de manera radical sus planes de trasladar la producción de autos pequeños a México.
Lo anterior ocurrió tras la suspensión del ensamble del Focus en la planta de Hermosillo, Sonora. Ford anunció que en 2019 comenzará a fabricar este vehículo en China, con lo que busca ahorros de mil millones de dólares en costos de inversión, en relación al proyecto original.
Lourdes González
A cinco meses de cancelar un proyecto de 1.6 mil millones de dólares en San Luis Potosí y anunciar que el Focus se fabricaría en Hermosillo, la automotriz Ford modificó de manera radical sus planes de trasladar la producción de autos pequeños a México.
Lo anterior ocurrió tras la suspensión del ensamble del Focus en la planta de Hermosillo, Sonora. Ford anunció que en 2019 comenzará a fabricar este vehículo en China, con lo que busca ahorros de mil millones de dólares en costos de inversión, en relación al proyecto original.
El cambio de estrategia es parte de los esfuerzos de consolidación de costos que ha emprendido el nuevo director general, Jim Hackett, quien sustituyó a Mark Fields el mes pasado.
“Hemos realizado muchos estudios y los consumidores se preocupan mucho más por la calidad y el valor que por el lugar de abastecimiento”, señaló Joe Hinrichs, vicepresidente ejecutivo de Ford, en una conferencia telefónica con reporteros.
“Los iPhones se producen en China, por ejemplo, y la gente no habla de ello”, apuntó.
Además, Ford dio a conocer que invertirá 900 millones de dólares en sus instalaciones de ensamble de camiones de Kentucky, para producir vehículos utilitarios deportivos, lo que apoyaría mil puestos de trabajo. La medida representa un guiño para tranquilizar el ánimo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha expresado su inconformidad por el déficit comercial que la economía estadounidense mantiene con México y China.
Para México, el sector automotor se ha convertido en uno de los motores del crecimiento económico bajo la plataforma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Las ventas a Estados Unidos de vehículos producidos en México representaron el 76.6 por ciento del total exportado en los primeros cinco meses de 2017. En ese sentido, el retiro de Ford contrasta con la confianza que ha depositado la industria automotriz global en México en la última década.
Un cuento de tropiezos
La idea original de Ford de traer a México la producción de los automóviles pequeños fue alterada cuando se hizo presente la amenaza del proteccionismo en la retórica de Donald Trump. La compañía canceló la planta en San Luis Potosí, que representaba una inversión de 1.6 mil millones de dólares, luego que el ahora presidente de Estados Unidos calificó la cuantiosa inversión como “una desgracia absoluta”.
“Estas transacciones ridículas, que aniquilan empleos, no ocurrirán cuando sea presidente”, afirmó Trump el año pasado, en un comunicado emitido durante el periodo de transición presidencial.
Ante eso, Ford no abandonó del todo el plan de producir en México la nueva generación del Focus porque dijo que se ensamblaría en la planta en Hermosillo.
El exdirector general de la compañía, Mark Fields reconoció que Trump y el nuevo Congreso estadounidense fueron de vital importancia para la inversión.
La decisión de negocios de la automotriz ocurre en un contexto de incertidumbre sobre la renegociación del TLCAN, la cual toma relevancia ante la postura del secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en el sentido que es posible que las conversaciones formales se pueden extender hasta 2018.
“Estamos conscientes del calendario y del hecho de que el calendario no es nuestro aliado”, manifestó.
Al respecto, México sostendrá elecciones presidenciales en julio del próximo año, mientras que Estados Unidos tendrá las intermedias unos meses después.
Por lo tanto, terminar las pláticas antes de ambos eventos es importante para los dos países, independientemente de las decisiones de negocios que la industria automotriz pudiera tomar.