Una exposición que clama dignidad ante la violencia económica que se vive en México

Mujeres en todo el país han padecido la privación del control de sus finanzas, obstáculos al intentar acceder al mercado laboral y dificultades al adquirir un producto crediticio, debido a un sistema patriarcal que les aleja de la posibilidad de vivir de forma digna
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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De todas las manifestaciones nocivas que padecen las mujeres mexicanas día a día, hay una que genera un impacto negativo y significativo en la capacidad de desenvolvimiento que ellas puedan tener dentro de la sociedad, se trata de la violencia económica.

Las desigualdades y brechas que afectan a millones de personas en el mundo cuentan con un apartado especial sobre las que dividen a los hombres y mujeres, ya que la diferenciación respecto a salarios, acceso a servicios financieros y hasta cargos de dirección se condicionan de forma implícita, pero fundamental, respecto al sexo de la persona.

Y es que, dentro del análisis que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha elaborado sobre la serie de violencias que viven las Mujeres en México, se tiene registro de que tres de cada 10 de ellas han experimentado una condición de control sobre sus recursos financieros, además de una mayor dificultad para acceder al mercado laboral, a un mejor ingreso o para adquirir algún producto financiero, cuestiones que generan una condición de dependencia hacia una figura patriarcal.

“La violencia económica tiene un espectro muy grande, que va desde lo visible, como las burlas hacia la percepción salarial de una mujer, por ejemplo; y avanza hasta pagarle menos a ellas que a un hombre por el mismo trabajo; lo que termina, incluso, en arrebatarle los ingresos necesarios para vivir, lo que provoca a su vez no tener agencia para vivir como se desea, ya que los recursos económicos los controla alguien más”, explica a Reporte Índigo, Mariana Villasuso, vicepresidenta  del comité de género en Fintech México.

La explicación de Villasuso se da en el marco de la inauguración de la exposición temporal “¡Nos queremos libres y dignas!”, del Museo Memoria y Tolerancia, en donde se retratan toda una serie de violencias que trabajadoras, amas de casa y hasta mujeres adolescentes padecen, sin importar su condición socioeconómica, ya que incluso en los niveles socioeconómicos más altos se viven dichas conductas nocivas;  prueba de ello es que dentro del sector financiero las mexicanas llegan a ganar .56 pesos menos por cada peso que gana un hombre, y donde por cada mexicano contratado para ocupar un puesto de responsabilidad, hay 0.69 mujeres en la misma posición, acorde al diagnóstico generado por la Secretaría de Hacienda y crédito Público (SHCP).

“La falta de información, de visibilización, de apoyo legal, acceso a la educación y emprendimiento, genera que sean muchas las mujeres quienes en silencio se vean sometidas a estas situaciones sin importar su nivel socioeconómico”, se lee en la muestra.

Diversas caras de la violencia económica que viven una de cada tres mexicanas

Dado que el ámbito económico resulta un aspecto fundamental de la sociedad, la violencia de dicho tipo no solo cuenta con la capacidad de privar a las mujeres de poder desarrollarse de forma plena en su día a día, también tiene un sinfín de manifestaciones que van desde el aspecto de consumo, hasta el desarrollo laboral.

Por ejemplo, de la misma forma en que gráficamente se retrata el rol que históricamente se le ha asignado a la mujer dentro de las paredes de “¡Nos queremos libres y dignas!”, los datos de Inegi sentencian que más del 70 por ciento del valor económico del trabajo no remunerado que requieren las labores domésticas y de cuidados lo aportan millones de mujeres mexicanas a las que se les impone el cuidado del hogar y su administración antes de llevar a cabo una actividad laboral.

Además, la integración al mercado laboral formal e informal se encuentra  disponible en un menor porcentaje para las mujeres mexicanas que desean trabajar antes que desempeñar alguna actividad relacionada con su vivienda, o por encima de; lo que deja como resultado que el ingreso promedio de un hombre en México sea hasta 35 por ciento mayor que el de ellas.

“Esto no es un orden natural, las mujeres y los hombres tenemos las mismas capacidades y habilidades para poder liderar una empresa o generar labores en el hogar, por lo tanto deberíamos tener las mismas oportunidades, simplemente es algo que se estableció así como sistema, entonces poco a poco hay que derribarlo”, destaca Villasuso.

¿Cómo combatir la violencia económica?

Ante una problemática con un impacto decisivo en la vida de millones de mujeres y con diversas manifestaciones, se requieren diversas acciones para poder contrarrestar la violencia económica que aqueja, y condiciona, a una de cada tres mexicanas; por lo que el trabajo desde las instituciones públicas, la implementación de campañas de concientización, el castigo implacable y el mejoramiento de las condiciones laborales para el sector femenino figuran como algunas de las ideas que desde gobierno, academia y sociedad civil, se han propuesto.

Incluso, el manejo estratégico de las finanzas personales y la educación financiera pueden figurar como la base de toda una serie de elementos que pueden permitirle a la mujer mexicana no solo ser libre y autonomía, sino incluso, poder continuar con un vida digna, considera al presentar la exposición, Oscar Rosado, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros.

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