Ante un atraso de dos décadas en el desarrollo de la industria energética nacional, se corre el riesgo de no aprovechar el giro hacia la electromovilidad. Foto: Especial

Expertos proponen plan para incentivar la electromovilidad en México

En el país existe un rezago al adoptar tecnologías amigables con el medio ambiente aplicadas al transporte, lo que amenaza con truncar la transición energética de ese sector

Una estrategia fiscal para incentivar el consumo de vehículos eléctricos, la implementación de una red de estaciones de carga y regulaciones pertinentes serán necesarias para enfrentar el atraso en materia de electromovilidad que vive el país, aseguran especialistas.

En todo el mundo existen esfuerzos por combatir el cambio climático; naciones y empresas han dado el paso al uso de energías alternativas al combustible fósil para llevar a cabo sus actividades, lo que incluso ha dado paso al nacimiento de nuevas industrias, justo como la de la electromovilidad.

En México, sin embargo, se vive un atraso considerable en la adopción de tecnologías sustentables para el transporte; cuestión que podría solucionarse, por ejemplo, con un plan de incentivos fiscales que vuelva atractivo para el consumidor sustituir un vehículo convencional por un eléctrico o un híbrido, señala Nazareth Black, directora general de Zacua.

“Necesitamos urgentemente estímulos frontales; incentivar el consumo de vehículos eléctricos mediante un plan que establezca una tasa progresiva del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para este tipo de automóviles iniciando con cero por ciento en 2024 y luego, de forma paulatina y durante 16 años a razón de uno por ciento de manera anual, ir incrementando; eso nos va a permitir impulsar la electromovilidad en el país”, expone Black.

La también directiva de la primer marca mexicana de autos eléctricos considera que es imperativo aplicar estrategias de ese tipo si se desea aprovechar la coyuntura histórica de la transición energética a nivel global, para crear una industria nacional; lo que en cien años no ha sucedido y que actualmente aún obstaculiza a empresas como Zacua, ya que la baja demanda de vehículos eléctricos e híbridos impide una mayor producción que ayude a disminuir costos.

Por otro lado, la construcción de una red de estaciones de carga eléctrica que permita a los conductores poder considerar un viaje largo o llegar a cualquier rincón del país resulta un proyecto prioritario que incentivaría a dar el paso a la electromovilidad en México, considera Daniel López, director comercial de Evergo.

“Necesitamos carga pública, carga en oficinas, carga en los espacios donde realmente suceden nuestras vidas; hoy seguramente la cantidad de usuarios de vehículos enchufables ha crecido, pero un cargador para un lugar que tiene 500 lugares de estacionamiento no es suficiente, advierte López.

Aunque la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) tiene registro de mil 146 estaciones de carga en todo el país, y Evergo ha instalado hasta 25 mil cargadores residenciales, aún se considera que la infraestructura para carga eléctrica está lejos de igualar a puntos de carga como las gasolineras.

La propia ley en materia de electromovilidad, que puede dotar de certidumbre jurídica a inversionistas e incentivar un crecimiento del sector en el país, continúa pendiente; al momento se cuenta con la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME), un proyecto que busca establecer las bases y pautas ambientales, técnicas, tecnológicas, financieras, legales, institucionales y administrativas que permitan posicionar a la movilidad eléctrica a nivel nacional.

Dicha estrategia reconoce que la rápida evolución de las tecnologías, el cambio de paradigma en los usuarios y el acceso a vehículos con tecnología amigable con el medio ambiente figuran como los retos que enfrenta el país para sumarse a la tendencia de la descarbonización del transporte.

El riesgo de quedarse atrás

Ante un atraso de dos décadas en el desarrollo de la industria energética nacional, se corre el riesgo de no aprovechar el giro que el mundo está dando hacía la electromovilidad, sobre todo por el hecho de que no existe motivación alguna para que el mercado de vehículos en el país gire hacía ese tipo de productos, considera Yolanda Villegas, experta en energía.

“No hay incentivos fiscales ni de ningún otro tipo y eso es fundamental para México, ahorita está la estrategia nacional de electromovilidad, pero no hay leyes; entonces, si tú quieres implementar infraestructura de recarga ¿Dónde están los protocolos de seguridad y la homologación con los de Estados Unidos? ¿Dónde están las estrategias que vuelvan atractivo el hecho de que un vehículo eléctrico, que es más costoso que uno normal, realmente pueda ser accesible para la clase media y la clase baja?”, cuestiona Villegas.

Ante tal escenario tampoco se prevé cómo se abordarán los efectos que el proceso de transición a la electromovilidad suele generar, la contaminación por baterías y la inexistencia de un mercado secundario para comercializar vehículos eléctricos usados son algunos ejemplos, menciona la experta.

Sin embargo, el mayor riesgo, de acuerdo a la analista de temas energéticos es la inexistencia de una estrategia que conjugue la persistencia del petróleo como energético dominante, por lo menos en los próximos 30 años y un plan que ayude a consolidar una transición energética en el país a partir de esa situación.

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