El viejo continente comienza a mirar la luz, luego de un largo periodo inflacionario

Desde Berlín, hasta París, se ha logrado percibir una desaceleración en el aumento generalizado de los precios, cuestión que podría dar un respiro a los bolsillos de la ciudadanía europea
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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Indicadores revelan que el encarecimiento generalizado de bienes y servicios dentro de la región europea ha comenzado a ceder, atenuando las tensiones económicas que se viven dentro de los países que conforman dicho territorio y permitiendo que autoridades monetarias y económicas evalúen la estrategia que hasta el momento han implementado para enfrentar el problema.

La Oficina Europea de Estadística (Eurostat) ha dado a conocer que la inflación dentro de la Unión Europea, medida a través del Índice de Precios de Consumo Armonizado (HICP, por sus siglas en inglés), ha comenzado a ceder, luego de dos años en los que los bolsillos de las personas  que viven desde Berlín, hasta París, se vieron gravemente afectados.

Incluso, las naciones que han adoptado al euro como moneda única esperan hilar tres meses con el HICP a la baja, para alcanzar el 2,4 por ciento, de acuerdo con el pronóstico más reciente hecho por la institución encargada de medir los fenómenos económicos del viejo continente.

Lo anterior, explica Janneth Quiroz, Directora de Análisis de grupo financiero Monex, resulta en una señal positiva para el mercado, la ciudadanía y hasta las autoridades monetarias, ya que marca la ruta sobre la que se enfila la inflación pese a no ubicarse dentro del rango objetivo establecido por el Banco Central Europeo (BCE).

“Los datos de la disminución de la inflación en Europa resultan una excelente noticia porque desde que estalló la pandemia se observaron presiones significativas que se fueron agravando por el choque de oferta ocurrido al haber parado la actividad económica y por la guerra entre Rusia y Ucrania; incluso llevando a los bancos centrales a tomar una postura monetaria restrictiva”, comenta la analista a Reporte Índigo.

Sin embargo, lo anterior no implica que la región haya superado el problema inflacionario, ya que el BCE ha estimado que el HIPC pueda converger con los rangos considerados objetivo por el banco central hasta 2025, gracias a una desaceleración más gradual a la que se ha registrado con anterioridad en el viejo continente y entre las naciones que lo conforman.

Efecto diferenciado entre países y la disminución de la inflación

Aunque los datos de Eurostat plantean un escenario positivo para los países que convergen dentro de la Unión Europea y hasta los que han acuñado al euro como moneda oficial, no implica que el total de las economías de dicha región se vean beneficiados en la misma magnitud, ya que algunas naciones continúan enfrentando presiones inflacionarias persistentes.

Por ejemplo, mientras que Alemania se perfila a registrar la tasa de inflación más baja desde abril de 2021, acorde a lo expuesto por la Oficina Federal de Estadística de Alemania; en Croacia se prevé que se alcance el incremento de precios en bienes y servicios más álgido de toda la región, según los datos de la Oficina Estatal de Estadística de la República de Croacia.

“Creo que, si bien es una región que en el agregado ha registrado una disminución de la inflación, vemos que al interior tenemos datos que expresan un desempeño diverso en respecto a los países que la conforman; y aunque es una buena idea conocer el resultado general, es de suma importancia observar que las naciones por sí solas han registrado descensos constantes en cada escenario”, apunta Quiroz al respecto.

¿Hora de bajar los tipos de interés? Todo depende de cómo se comporte la inflación a futuro

La disminución de la inflación al interior de la economía europea, entendida a partir de la Unión Europea o la eurozona, abre la posibilidad de que el BCE tome la decisión para comenzar a recortar los tipos de interés fijados para mantener la estabilidad de precios, cuestión que en opinión del grupo financiero Monex, podría suceder en junio.

No obstante, el señalamiento de la institución financiera también puntualiza que una probable disminución en las tasas de referencia no implica que el BCE reconsidere su postura monetaria, que hasta el momento se mantiene restrictiva, ya que eso implicaría llevar a la herramienta de política monetaria a porcentajes mínimos, lo que requerirá de más disminuciones que dependen enteramente de que la inflación en el viejo continente siga a la baja.

“Continuaremos aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel de restricción y su duración apropiados. En particular, nuestras decisiones sobre los tipos de interés se basarán en nuestra valoración de las perspectivas de inflación teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria”, ha señalado Christine Lagarde, presidenta del BCE, sobre la probabilidad de disminuir los tipos de interés.

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