EU produce, Pemex duerme

Contrario a lo que preveían sus rivales, el boom energético en Estados Unidos no muestra señales de agotamiento. 

Este verano, nuestro vecino del norte rebasó a Rusia para convertirse en el mayor productor de petróleo y gas natural del mundo, en parte gracias al uso de la fractura hidráulica y a mejoras en las técnicas de perforación de pozos petroleros.

Rolando Hinojosa Rolando Hinojosa Publicado el
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41%
es la disminución en las reservas probadas de crudo en México del 2001 al 2013
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Contrario a lo que preveían sus rivales, el boom energético en Estados Unidos no muestra señales de agotamiento. 

Este verano, nuestro vecino del norte rebasó a Rusia para convertirse en el mayor productor de petróleo y gas natural del mundo, en parte gracias al uso de la fractura hidráulica y a mejoras en las técnicas de perforación de pozos petroleros.

La más reciente información publicada por la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés) del gobierno federal estadounidense indica que la explotación de las formaciones de esquisto de Bakken y Eagle Ford incrementaron la producción petrolera de los Estados Unidos en casi 700 mil barriles diarios durante el 2013. 

Esto corresponde al 75 por ciento del crecimiento en la producción de crudo en las seis regiones que la agencia observará para su nuevo reporte.

El Wall Street Journal reporta que, en respuesta a esto, autoridades de Rusia y de países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo han sugerido que el fenómeno que se vive en el sector energético de Estados Unidos corresponde a una burbuja económica que pronto se reventará.

No obstante, el reporte de la EIA muestra que la producción de hidrocarburos de su país no solo ha incrementado, sino que además se ha vuelto más eficiente. 

Un ejemplo de esto es la formación de esquisto de Eagle Ford, en el sur de Texas. Mientras que, a comparación de un año atrás, en septiembre el número de pozos en la zona disminuyó 5 por ciento, la producción de petróleo y gas aumentó 57 por ciento en el mismo periodo.

En contraste con esto, la producción de hidrocarburos en México se encuentra en declive. Información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos apunta que la producción mexicana de petróleo es hoy 25 por ciento inferior a la que había en 2004. 

La exploración y explotación han tenido resultados tan decepcionantes que hoy las reservas probadas de crudo en México son 41 por ciento más bajas que las que había en el 2001.

Además, la producción de gas natural ha disminuido 15 por ciento desde el 2008 y no logra cubrir la creciente demanda nacional. 

Desde el 2001 a la fecha, impulsado parcialmente por mayor uso en las plantas de la Comisión Federal de Electricidad, el consumo del gas natural ha aumentado 82 por ciento en México, y la demanda ahora crece 5.6 por ciento cada año. 

En consecuencia, las importaciones de este recurso son hoy casi cuatro veces mayores que las registradas en el 2001.

México sigue soñando

En la propuesta de reforma energética que actualmente impulsa el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se resalta la necesidad de captar más recursos para explorar y explotar en aguas profundas (mayores a 500 metros) y ultraprofundas (mayores a mil 500 metros). 

Se advierte que los yacimientos de fácil acceso están a punto de agotarse. Sin embargo, se indica que todavía quedan reservas considerables en aguas profundas.

La reforma plantea regresar a la original trazada por Lázaro Cárdenas, con la que se dio la expropiación petrolera en 1938. Originalmente, la expropiación se dio para darle al Estado la rectoría de dicho recurso. 

Es decir, el Estado sería quien decidiría quién y cómo se daría la explotación petrolera, dando lugar a que actores económicos diferentes al Estado pudieran participar en la cadena de valor, a juicio de este. 

Por diversas cuestiones, 20 años después se reformó que solo Petróleos Mexicanos pudiera participar en todas las áreas productivas.

Regresando a la idea general de Cárdenas, se podrían dar concesiones para que particulares puedan invertir en exploración, explotación, refinación y transporte de los recursos. 

Y es que en los últimos dos puntos no se está dando abasto suficiente para las necesidades del país, además de que se debe recordar que se sigue importando la mitad de la gasolina refinada y una tercera parte del diesel que se consume en el país.

Inversión privada necesaria

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en su estudio titulado “Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI”, dio diversas recomendaciones a México para ponerse a la par de las principales productoras energéticas del mundo. 

Asegura que para obtener bienestar a largo plazo “se deberá destinar una parte de la renta petrolera que captura el Estado a un Fondo Soberano de Inversión que rinda beneficios a las generaciones presentes y futuras”. 

Además, dado a que la geología no comprende los mismos límites que los políticos, las oportunidades de inversión que se le presentan a Estados Unidos también son compartidas, en parte, a las oportunidades mexicanas.

Un ejemplo de ello es lo que pasa con el gas de lutitas, y es que las reservas probadas recuperables de dicho gas en México representan el 80 por ciento de las reservas de Estados Unidos. 

En el 2011, Petróleos Mexicanos empezó a producir gas de lutitas, mientras que para este año, este gas representaba el 20 por ciento de la producción total de gas de Estados Unidos.

Dicho organismo reconoce que un impulso en el sector energético impulsaría el desarrollo industrial y tecnológico a través de la cadena productiva de dicho sector. 

Por ello recomienda también darle suma importancia a factores como inversión y talento.

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