Estafas digitales al acecho

Encontrar la fórmula para volverse rico de la noche a la mañana convierte a millones de mexicanos en una presa fácil para los defraudadores que sólo desean obtener su dinero. Las falsas promesas van desde ganar miles de pesos al día hasta invertir en plataformas de criptomonedas
Nayeli Meza Orozco Nayeli Meza Orozco Publicado el
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“La mejor tecnología no es con la podemos obtener dinero fácil”
Mario Di CostanzoPresidente de Condusef

Parecía un camino fácil. En diciembre de 2017, Ricardo S. entró al minado mundo de las criptomonedas al realizar su primera inversión. Como muchos otros seguidores de la fiebre por el oro digital, el ingeniero informático se dejó seducir bajo la promesa de que por cada dólar, al cabo de un tiempo recibiría 10.

Tres meses después, el joven intentó ingresar a su cuenta en la plataforma, pero el sitio ya no existía y las direcciones de correo a las que escribió devolvían sus mensajes. Ahí comenzó la pesadilla.

El primer paso fue buscar en foros de criptomonedas información sobre el sitio y minutos después encontró que, al igual que él, otras personas se encontraban en la misma situación. En ese momento Ricardo S. supo que había sido víctima de una estafa. El saldo: un botín por más de 50 mil pesos y ninguna oportunidad de recuperarlos.

“El gran error que cometí fue entrar a un mundo que desconocía. Había escuchado que invertir en esta clase de activos era muy fácil, pero nunca investigué más sobre los riesgos que existían alrededor”, reconoce el también egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

El testimonio del joven de 35 años se suma al de millones de mexicanos que han sido víctimas de estafas digitales y no sólo por parte de plataformas que comercian criptomonedas.

Durante el primer semestre de este año, se registraron poco más de dos millones de fraudes cibernéticos, cifra 31 por ciento superior respecto del mismo periodo de 2017, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef)

Asimismo, el monto de estos ilícitos ascendió a 4.41 millones de pesos y cada año la incidencia de estos delitos representa una mayor proporción frente a los tradicionales.

El señuelo

Mario Di Costanzo, presidente de Condusef, asegura que México se encuentra entre los primeros 10 países con el mayor número de estafas digitales.

“Hace años existían sólo los premios y las rifas, pero el delito ha mutado hacia un fraude más estilizado apoyado de las herramientas tecnológicas”, detalla Di Costanzo.

Las estafas más recurrentes en la red son aquellas que prometen a los cibernautas ganar dinero de manera fácil y sencilla. Para ello, se valen de llamativas frases que ocupan como ganchos: “Llena encuestas y gana dinero”; Obtén más de 500 mil pesos al día”; “Invierte en bitcoin y vuélvete millonario en una semana”, entre otras

Sin embargo, no son los únicos modus operandi. Otros delitos ocurren mediante llamadas telefónicas (vishing), suplantación de identidad en instituciones financieras, así como por mensajes de texto SMS, WhatsApp y Telegram (smishing).

También destacan los fraudes que se realizan a través de compras online o en las redes sociales donde los estafadores envían supuestas ofertas de trabajo con un atractivo sueldo y las hay también donde se enamora a la víctima para después obtener información personal.

El presidente de Condusef asegura que cualquier persona está expuesta a ser víctima de una estafa digital, pero los adultos mayores son la población más vulnerable

Del total de fraudes que son atendidos por la comisión, alrededor de un 30 y 35 por ciento están relacionados con esta comunidad y en su mayoría son hombres.

Fiebre por las criptodivisas

El auge de las criptomonedas ha convertido a este mercado en un blanco atractivo para los estafadores. A pesar de que 89 de cada 100 fraudes cibernéticos se resolvieron a favor de los usuarios hasta junio de este año, Condusef se enfrenta a un severo problema: el organismo está incapacitado para defender a los ciudadanos por la falta de regulación de estos activos digitales.

Al respecto, Carlos Estrada, encargado de seguridad cibernética en Vestiga Consultores, manifiesta en que el gran pendiente que dejó la Ley Fintech que se promulgó hace unos meses es que muchas de las actividades que realizan las plataformas de criptodivisas no fueron consideradas en la regulación.

“México está en una zona gris y en el mediano plazo no existirá un marco normativo que proteja a los inversionistas en caso de fraude”, añade Estrada.

Aunque Ricardo S. asegura que aprendió la lección, el mal sabor que le dejó la experiencia nunca se le borrará, sobre todo, porque los recursos que invirtió estaban destinados originalmente para otro fin.

“Con esos 50 mil pesos quería empezar un negocio. Pensé que al invertirlos en criptomonedas obtendría más recursos y sería más fácil, pero no me quedó nada y ahorita tengo que empezar desde cero”.

Taxonomía de criptoestafas

Existen al menos cuatro principales canales por los cuales se están presentando fraudes por parte de empresas financieras digitales

■ Compra de criptomonedas

Cada mes se crean 80 nuevas monedas digitales que tienen diferentes propósitos, pero un gran porcentaje de ellas no cuentan con ningún respaldo.

Un ejemplo es Dogecoin, que nació como una ‘moneda de broma’, pero rápidamente escaló al mercado internacional.

■ Oferta Inicial de Criptomonedas (ICO)

A diferencia de las ofertas públicas que se realizan a través del mercado bursátil, las ICO no cuentan con un marco regulatorio. Esto provoca que aproximadamente 70 por ciento de las que se hacen termina en fraude, pues las plataformas pueden darse de baja con facilidad.

■ Hyips

Los high yield investment programs o programas de inversión de alto rendimiento son una modalidad de fraude muy común en internet.

Los usuarios depositan una cantidad de dinero con la promesa de que después de un tiempo se les devolverá más los intereses correspondientes. Sin embargo, casi nunca obtienen su inversión de vuelta.

■ Cryptocurrency exchange

Son casas de bolsa digitales donde se puede comprar, vender o cambiar criptomonedas. La mayoría de ellas no está reguladas debido a que se dan de alta en jurisdicciones de ultramar, como en las islas del Pacífico o en el Sudeste Asiático.

Fuente: Carlos Estrada, encargado de seguridad cibernética en Vestiga Consultores

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