Las remesas que entran de Estados Unidos a México, y que se han convertido en uno de los pilares de la economía para millones de personas, han perdido dinamismo luego de haber mantenido incrementos de manera ininterrumpida durante 46 meses.
Los ingresos que envían los connacionales que trabajan en el extranjero a las familias mexicanas se situaron en 5 mil 21 millones de dólares durante el mes de marzo, lo que representa un retroceso anual de 3.3 por ciento en comparación al mismo mes del año anterior, ello como resultado de reducciones de 0.3 por ciento en el número de envíos y de tres puntos porcentuales en el monto de la remesa promedio, de acuerdo con el último reporte del Banco de México (Banxico).
Las remesas se están estancando
Con los datos más recientes de las remesas se termina la tendencia de aceleraciones consecutivas que iniciaron desde mayo de 2020 hasta febrero de este año, periodo en el tuvieron un aumento en términos anualizados de 38 mil 800 a 63 mil 600 millones de dólares, el equivalente a un incremento de 64.1 por ciento durante los 46 meses de su racha, según el más reciente análisis de BBVA.
“Se debe estar al pendiente de los datos que surjan en estos meses para poder entender si la desaceleración reciente de las remesas a México y a varios países de América Latina y el Caribe se explica por un factor estacional (semana santa) o estamos ante indicios de una posible desaceleración económica en Estados Unidos”, se señala en el documento.
¿Es peligrosa la caída de las remesas?
En ese contexto, Janneth Quiroz, directora de análisis económico del grupo financiero Monex, abunda como una consecuencia que “si bien, la caída a tasa anual en las remesas en marzo es la primera que se registra desde abril de 2020, podría restar dinamismo al consumo local”.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de análisis económico en banco BASE, explica: “el mercado laboral de Estados Unidos no está tan bien como parece y eso afecta a las remesas que se reciben en México. Además, el peso se apreció en marzo, lo cual desincentiva el envío de remesas por la pérdida de poder adquisitivo”.
Cabe destacar que el impacto en las finanzas de las familias mexicanas que reciben dinero de los connacionales es mayor, pues la caída del valor de los dólares, por debajo de los 17 pesos, más el efecto inflacionario, se traducen en menos pesos al cobrar las remesas, según el análisis de BBVA.
“En marzo, con un tipo de cambio promedio de 16.84 pesos por dólar, México recibió cerca de 84 mil 600 millones de pesos por remesas, equivale a una contracción de 15.2 por ciento en términos reales en ingresos por este concepto para hogares receptores”, concluye.