http://youtu.be/dGsTsDDQ1Kk
El optimismo con el que empezó el año se acabó. El nuevo discurso de analistas concuerda en que se avecina una nueva era de crecimiento mediocre a largo plazo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó ayer sus nuevas proyecciones de crecimiento económico internacional.
De acuerdo con el organismo presidido por Christine Lagarde, en los próximos años el mundo experimentará un crecimiento económico más desacelerado.
En concreto, el FMI espera un crecimiento promedio en Latinoamérica del 1.3 por ciento para el 2014, y del 2.2 por ciento para el siguiente año.
Esto significa un importante recorte de expectativas si se toma en cuenta que hace 6 meses el pronóstico de crecimiento para el 2014 de la región era de 2.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Este escenario no es exclusivo para América Latina, el promedio de las naciones en el mundo experimentarán un menor crecimiento al esperado, sobre todo en las economías emergentes.
Sin embargo, entre los países que brillan en medio del panorama sombrío se encuentra México.
A diferencia del promedio internacional, los pronósticos de crecimiento para el país se mantuvieron estables o mejoraron.
Para el 2014, el pronóstico de crecimiento no se modifica y queda en 2.4 por ciento del PIB, mientras que para el 2015 se pasó de un 3.4 por ciento a 3.5 por ciento.
Aunque la diferencia no es mucha, destaca que las expectativas para México van en contra de la tendencia negativa.
No obstante, ambas previsiones son inferiores a las pronosticadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. De acuerdo con el gobierno, el país crecerá este año en un 2.7 por ciento y el siguiente al 3.7 por ciento.
Cambio de discurso
El rayo de esperanza mexicana se debe a dos factores.
Primero, las reformas estructurales aprobadas por el Congreso en los últimos 2 años atraen cada día más la atención de inversionistas.
Además, se espera que la liberalización de industrias como la energética y de telecomunicaciones estimulen la economía nacional y aumente la competitividad del país.
Por otro lado, la recuperación económica en Estados Unidos, el destino de la mayoría de las exportaciones nacionales, tendrá un impacto positivo en México.
En contraste, el panorama internacional está en problemas, pues se encuentra en una posición muy susceptible a diferentes riesgos.
Las tensiones geopolíticas lidereadas por el conflicto en Ucrania y el Estados Islámico podrían provocar problemas de producción en diferentes países y aumentar el precio del petróleo.
De manera parecida, la política monetaria conducida por la Reserva Federal de Estados Unidos puede presionar la economía de países emergentes, como se ha visto en los últimos días en México.
Los pronósticos de crecimiento mundial fueron disminuidos por el FMI de un 3.9 por ciento en abril, a 2.7 por ciento en este mes de octubre.
Aunque la mayor parte de este efecto negativo se debió a factores temporales, el organismo explica que también refleja una débil recuperación en la zona euro que todavía no se recupera de la crisis.
Las economías emergentes no han tenido el comportamiento esperado. Sin embargo, China consiguió recuperarse en el segundo trimestre después de un inicio de año insípido.
Entre las peores regiones del mundo se encuentra Latinoamérica, donde la demanda interna sigue baja.
Los países latinos con más problemas económicos son Venezuela y Argentina, que tendrán un crecimiento negativo este año y el que viene.