México dio el primer paso. El proceso legislativo para aprobar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se puso en marcha y esta semana se darán las condiciones para que el documento sea aprobado de manera unánime.
Los jefes de Estado de la región de Norteamérica firmaron el tratado en noviembre pasado durante el marco de la cumbre del G-20 que se realizó en Buenos Aires, Argentina.
Aunque en ese momento el escenario era bastante alentador, conforme pasaron los meses la ratificación del acuerdo comercial se ha complicado en los congresos de cada país por diversos factores internos.
En Estados Unidos influyó que los resultados de las elecciones intermedias no le favorecieron del todo al presidente Donald Trump, debido a que el partido republicano ya no cuenta con mayoría en la Cámara de Representantes.
Mientras que en Canadá, a pesar de que el proyecto fue presentado ante los parlamentarios desde finales de mayo, está programado un receso legislativo del 21 de junio al 21 de octubre, fecha posterior a las elecciones federales en el país.
En el caso de México, la sucesión presidencial no influyó de manera negativa, pues la estafeta se pasó de una mano a otra sin mayores inconvenientes y ayer quedó instalado el periodo extraordinario de sesiones y la primera lectura del acuerdo trilateral.
El éxito económico de Norteamérica radica en el vínculo comercial que existe entre los tres países desde hace 25 años cuando entró en vigor el TLCAN. La región intercambia más de mil millones de dólares en productos y mercancías, cifra que equivale a 11.9 por ciento del comercio total del mundo, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía.
Raymundo Tenorio, director de proyectos del Centro de Estudios Interdisciplinarios y Prospectiva (CEIP), considera acertado que el gobierno mexicano haya acelerado el paso para ratificar el T-MEC, a pesar de que tuvo que ceder en algunos temas.
“México cumplió con su tarea al haber modificado la Ley Federal del Trabajo para homologar su marco legal con el de sus socios comerciales, pero la verdadera prueba de fuego estará en que los demócratas aprueben el documento en Estados Unidos”, agrega el también profesor emérito del Tec de Monterrey.
¿Humo blanco?
En la agenda legislativa de este miércoles, el pleno del Senado analizará y discutirá el T-MEC, el cual se espera obtenga la mayoría de votos a favor, en sintonía con los resultados obtenidos en la fase de estudio en las comisiones de Relaciones Exteriores; de Puntos Constitucionales; de Economía; de Relaciones Exteriores América del Norte, y de Hacienda y Crédito Público.
Si esto ocurre, Tenorio asegura que se mandará un mensaje de certidumbre y estabilidad sobre el futuro de las relaciones comerciales en la región.
No obstante, el economista es realista al asegurar que el presidente Donald Trump seguirá presionando para sacar ventaja del tema migratorio, aunque nada tenga que ver con el comercio.
“El gobierno mexicano no tiene que bajar la guardia y debe ser muy cauteloso porque el presidente de los Estados Unidos lo podría llevar a la mesa de negociación otra vez, amenzarlo y seguir aprovechando su palanca de negociación: migración por aranceles”.