La nueva coyuntura de bajos precios del petróleo llegó para quedarse. Sin embargo, el mercado aún se pregunta hasta qué nivel puede caer el valor del crudo.
Los barriles de referencia internacional, el Brent y el WTI, registran un valor de alrededor de 35 dólares, cercano a mínimos de más de una década. No obstante, alrededor del mundo hay barriles de crudo vendiéndose apenas encima de los 20 dólares. Un ejemplo de ello es la mezcla mexicana de exportación, que ayer cotizaba a 27.74 dólares.
El 2015 fue el año en el que se rompió el supuesto de que el precio del crudo iba a encontrarse indefinidamente por encima de los 100 dólares. La mezcla mexicana de exportación ha perdido 73 por ciento de su valor en los últimos 18 meses.
Esto se explica por la existencia de una sobreoferta de petróleo, derivada de la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de producir a niveles récord para proteger su participación de mercado.
Tras la última reunión de la OPEP, llevada a cabo a inicios de este mes, se profundizó la caída petrolera. Desde entonces, los barriles Brent y WTI han perdido el 17 por ciento y 16 por ciento de su valor respectivamente.
A pesar de la insistencia de países como Venezuela de coordinar un alza de precios del crudo, al interior de la OPEP prevalece la política promovida por Arabia Saudita y los países del Golfo de no recortar la producción.
Analistas consideran que el mercado está reaccionando a una guerra de precios. Tanto los países del Golfo como Rusia han advertido públicamente que no planean desacelerar su ritmo de producción, incluso si el valor del petróleo desciende debajo de los 20 dólares.
El hecho de que los precios del crudo puedan caer a niveles inferiores a los presentados en la crisis financiera global de 2008 ha generado un ambiente de incertidumbre.
En un escenario caracterizado por un bajo crecimiento y una demanda frágil, la Agencia Internacional de Energía prevé que la presión sobre los precios del petróleo se intensificará en el 2016.
De acuerdo a las posiciones de los inversionistas en el mercado de futuros, el valor del crudo recuperaría su nivel de 60 dólares hasta el 2020.
Mercado complicado
Aunque existe una sobreoferta de petróleo en el mercado, no todos los países están produciendo en su máximo nivel histórico.
Mientras que la producción de Arabia Saudita e Irak se encuentra en su punto más alto, los países no miembros de la OPEP presentan una desaceleración en sus exportaciones petroleras.
México llegó a producir 3.4 millones de barriles diarios en el 2004. Actualmente, la cifra apenas rebasa los 2.2 millones de barriles diarios.
Los países del Golfo cuentan con una estructura de costos menos onerosa que la de sus competidores. Recientemente, el director general de la firma energética iraní Central Oil Fields Company, declaró que los costos de producción de ese país se encuentran entre un dólar y 1.5 dólares por barril.
Después de que se llegó a un acuerdo para el retiro de sanciones económicas, el gobierno de Irán anunció que incrementará su producción en un millón de barriles diarios en los siguientes seis meses.
En contraste, las firmas energéticas globales ya han cancelado 150 mil millones de dólares en inversiones de exploración y producción, de acuerdo a la revista The Economist.
Ehsan Ul-Haq, consultor en jefe de la firma KBC Advanced Technologies, dijo al portal Bloomberg que más de un tercio de la producción global de petróleo ha dejado de ser rentable con estos precios.
Una baja en la producción, sumada a la caída de los precios del crudo y a un entorno cada vez más competitivo incrementan la presión sobre la balanza de pagos y las finanzas públicas de los países productores de petróleo.
En el mes de diciembre, el peso mexicano, el peso colombiano y el rublo ruso han sido de las divisas que han perdido mayor terreno frente al dólar. Las tres monedas corresponden a países exportadores de petróleo.
Estado limitado
A pesar de que la economía mexicana ha dejado de depender del petróleo y que ha diversificado su base de exportación para privilegiar al sector manufacturero, un tercio de los ingresos del Estado aún se derivan de la venta de crudo.
Keneth Rogoff, profesor de economía de la Universidad de Harvard, considera que hasta ahora, la solidez de las reservas internacionales y la ejecución de una política macroeconómica conservadora han servido para enfrentar el estrés fiscal y evitar una recesión.
Sin embargo, Rogoff augura que en el 2016 las cosas podrían cambiar para mal.
En los primeros 10 meses del año, los ingresos petroleros del sector público mexicano sufrieron una caída de 371 mil millones de pesos en relación al mismo periodo de 2014.
En un contexto en el que el gobierno se comprometió a no subir impuestos y planea llegar a una meta de cero déficit para final del sexenio, la baja de ingresos derivados de la venta de crudo resta capacidad al Estado para estimular a la economía mediante el incremento del gasto público.