El tercer paquete de rescate económico para Grecia comenzó a tener un impacto en el país. El gobierno helénico ordenó el pago de 6 mil 800 millones de euros a acreedores como el Banco Central Europeo (BCE) y el banco central de Grecia.
De manera similar, el Fondo Monetario Internacional anunció que Grecia saldó una deuda de 2 mil millones de euros que tenía vencida.
Las noticias lograron calmar los ánimos de inversionistas que llevaban semanas preocupados por una posible crisis política y económica en el viejo continente, lo que consiguió apreciar el valor del euro en los mercados de divisas.
Entre todas las fechas fatales que tiene Grecia, el pago al BCE era la más importante ya que, de no realizarse, el organismo hubiera dejado de otorgar su apoyo a los bancos griegos que viven una severa escasez de liquidez.
Por su parte, estas instituciones bancarias abrieron, también ayer, sus puertas al público después de dos semanas de estar cerrados. No obstante, el gobierno mantiene en vigor los controles de capital en el país, por lo que todavía los griegos no pueden disponer al 100 por ciento de sus cuentas bancarias. Asimismo, se espera que el mercado bursátil de Grecia permanezca cerrado por lo menos hasta mañana.
Aunque todavía falta mucho para que el país regularice su situación, ya comenzó a dar pasos en el camino para alcanzar la normalidad.
Acuerdo oneroso
El pacto firmado entre el gobierno griego y sus acreedores es considerado como muy severo por la mayoría de los analistas. Las condiciones de austeridad demandadas podrían, en opinión de algunos, prolongar de manera excesiva e innecesaria la crisis económica de Grecia.
La semana pasada, el parlamento griego aprobó un alza de impuestos y recortes de gasto en su sistema de pensiones, mismas medidas que fueron rechazadas en el referéndum de principios de mes.
Además de esto, el gobierno griego debe vender 50 mil millones de euros de sus activos y colocar este dinero en un fondo que será supervisado por sus acreedores (aunque el control se mantendrá en manos de las autoridades helénicas).
La mitad de este monto sería utilizado para recapitalizar los bancos griegos, con un cuarto siendo utilizado para pagar deuda y el resto siendo destinado a inversiones que reactiven el crecimiento económico.
Las medidas poco populares podrían provocar una abrupta salida de Syriza, el partido político que actualmente se encuentra en el poder gracias a sus promesas de acabar con la austeridad. Es por esto que, aunque todo marcha en la dirección pactada en el acuerdo, los mercados todavía muestran señales de cautela ante el tramo que queda por recorrer antes de que la estabilidad vuelva a la eurozona