Los delitos y acciones de Emilio Lozoya, desde que asumió la dirección de Petróleos Mexicanos (Pemex) en 2012 hasta el proceso legal en su contra que se lleva a cabo actualmente, han puesto bajo la línea de fuego a dos gobiernos federales.
El primer gobierno impactado es el de Enrique Peña Nieto, para el que Lozoya representa un lastre por la acumulación de señalamientos por corrupción durante su gestión al frente de la institución petrolera; el segundo es el de Andrés Manuel López Obrador que politizó el proceso legal contra el exdirector de Pemex, señala Mario Maldonado, periodista de negocios y autor del libro “Lozoya, el traidor”.
“(Lozoya) es un traidor porque llegó a México extraditado con un acuerdo con la Fiscalía exagerando cosas sin tener las pruebas, se fue contra sus amigos, empresarios del pasado y toda la gente con la que se relacionó y a todos los acusó de todo pero no tiene pruebas. Y no sólo es traidor para amigos, funcionarios y colegas, sino para el gobierno, el Estado, los mexicanos y Pemex”, detalla Maldonado en el marco de la publicación de su más reciente libro.
El hombre designado para modernizar Pemex, después de que se concretó la emblemática Reforma Energética de Peña Nieto, no sólo no cumplió con este objetivo y entregó pobres resultados administrativos de la empresa, sino que aprovechó su privilegiado puesto público para aumentar su fortuna personal y poder.
Uno de los ejemplos más claros de su gestión en Pemex es el famoso “Club del Millón de Dólares”, un grupo exclusivo de empresarios que a través del pago de esa cantidad se les prometía acceder a bases de licitaciones públicas o proyectos de adjudicación directa además de formar parte de las fiestas que se organizaban en un antro clandestino habilitado en la colonia Anzures por Froylán García Galicia, mano derecha de Lozoya, explica Maldonado en su relato.
“La denuncia de sus delitos le pegó al corazón del gobierno pasado, porque no sólo involucró y denunció a varios de sus funcionarios, sino que lo hizo con lujo de detalle (…) ahí se vieron exhibidos y evidenciados, eso no ocurría en gobiernos pasados, que uno de estos amigos soltará la sopa con las autoridades”.
Lozoya se apegó al criterio de oportunidad que opera cuando se trata de delitos de contenido patrimonial cometidos sin violencia, el imputado se compromete a aportar información esencial y eficaz para la persecución de un delito más grave
Cada uno de los movimientos ilegales de Lozoya en la administración pasada que se hicieron públicos fue un argumento a favor de la contrarreforma petrolera que ha puesto en marcha el gobierno de López Obrador y aunque se buscó sacar el mayor provecho del emblemático proceso legal en su contra, derivó en un proceso desaseado que incluso podría poner en entredicho la cruzada contra la corrupción, dice.
“Viendo lo que ya sucedió con el caso, al gobierno ya no le sirve y ya le saco todo el jugo político y ahora le es contraproducente en términos de imagen y la supuesta batalla contra la corrupción y la impunidad (…). Este trato privilegiado de las autoridades fue a cambio de que Emilio Lozoya les iba a entregar una bomba de información y pruebas contra funcionarios del pasado y no sucedió y entonces ese caso ya se quemó, deja muy mal parado al gobierno”.
Emilio Lozoya fue detenido el 12 de febrero de 2020 en Málaga, España, por autoridades de la Interpol bajo acusación de recibir sobornos por más de 10 millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht a cambio de trato preferencial en contratos con Pemex.
También se le señala de haber recibido pagos por 3.4 millones de dólares en sobornos a cambio de favorecer a la empresa Altos Hornos en el ramo de fertilizantes.
A su llegada a México, Lozoya se apegó al criterio de oportunidad que opera cuando se trata de delitos de contenido patrimonial cometidos sin violencia sobre las personas o de delitos culposos y el imputado se compromete a aportar información esencial y eficaz para la persecución de un delito más grave del que se le imputa y se comprometa a comparecer en juicio.
El origen del personaje de Emilio Lozoya
Para entender al personaje señalado como uno de los exfuncionarios más corruptos de la vida pública del país, es necesario entender su origen y Maldonado explora a detalle la cuna priista de la que proviene Emilio Lozoya, su formación como economista, su exitoso paso por instituciones financieras internacionales y su acercamiento a Peña Nieto.
“Me enfocó en describir al personaje y cómo llegó a ese nivel de corrupción, me remonté desde su infancia, que nació en cuna de oro, después se va a estudiar al extranjero muy joven, se relaciona con gente de esferas internacionales financieras, su relación con una heredera alemana multimillonaria, sus cargos en el FMI, el BID, de hecho en un Foro Económico Mundial es donde conoce a Enrique Peña Nieto, se lo presenta Videgaray cuando era gobernador del Edomex”, detalla.