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La Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) tomó la decisión la semana pasada de continuar con sus planes de estímulo llamados Quantitative Easing (QE), que inyectan 85 mil millones de dólares cada mes a la economía norteamericana.
Esta acción ha sido vista como un respiro inesperado para los mercados emergentes que, de acuerdo a especialistas, deben aprovechar el momento para impulsar las reformas estructurales correspondientes y evitar un futuro estancamiento.
Mehmet Simsek, ministro de finanzas de Turquía, señaló que los países en desarrollo se enfrentan a grandes desafíos porque se han vuelto dependientes al flujo extraordinario de capital realizado por la Fed.
El ministro declaró en entrevista para el Financial Times que la resolución de mantener los estímulos es una oportunidad para que los emergentes acaben de implementar las reformas estructurales y restablezcan la confianza con los inversionistas.
Desde la primera vez que el presidente de la Fed, Ben Bernanke, indicó en mayo la intención de poner fin a la compra de bonos del QE, los mercados internacionales han tenido fuertes reacciones.
Mientras que los países desarrollados muestran señales de recuperación económica, la mayor parte de los emergentes han entrado en un desaceleramiento económico debido a que no han podido mantener su alto ritmo de crecimiento y presentan problemas estructurales.
Como resultado, los inversionistas han comenzado a retirar sus capitales que tienen en los países emergentes para llevarlos con los desarrollados.
En ese sentido, los especialistas opinan que la prolongación del estímulo de la Fed debe ser aprovechado por los emergentes para terminar de concretar las reformas necesarias que permitirían dejar su dependencia a la política estadounidense.
Advertencia brasileña
El desaceleramiento económico en Brasil es una advertencia para el resto de los mercados emergentes. El gobierno de Dilma Rousseff está intentado revertir un proceso de estancamiento que podría llevar al país a atrasar su desarrollo durante más una década.
Por ejemplo, los problemas de infraestructura que vive el país latinoamericano no son ajenos a otras economías emergentes.
Sin embargo, los intentos fallidos de promover la inversión podrían ocasionar daños en el sector económico.
En ese sentido, Brasil ha multiplicado su financiamiento a proyectos de infraestructura, pero la inversión en proporción del Producto Interno Bruto apenas ha llegado al 18.6 por ciento, cuando economistas sugieren que debe estar mínimo en el 22 por ciento.
Parte de los problemas se han derivado de la incapacidad de implementar las reformas que el país necesita.
A esto se le debe sumar las tensiones generadas por las revelaciones que hizo Edward Snowden, excontratista de la CIA, que afirma que el gobierno de Estados Unidos estuvo espiando conversaciones de Rousseff y operaciones de Petrobras.
Este conflicto, que ya provocó que la presidenta cancelara su visita a Barack Obama en Washington, corre el riesgo de acentuar los problemas económicos a largo plazo.
Ejemplo indio
En su primer acto oficial como el nuevo gobernador del Banco de India, Raghuram Rajan elevó la tasa de interés de referencia de 7.25 a 7.5 por ciento.
La acción provocó fuertes críticas y protestas entre las personas del sector financiero y la iniciativa privada. Sin embargo, economistas han calificado la decisión como lógica e inevitable.
Las actividades que dependen de las bajas tasas de interés son insostenibles a largo plazo y pueden llegar a generar las condiciones para una grave crisis financiera.
De tal modo, India busca estar preparada para esta eventualidad mediante el aumento de tasas que reducen el atractivo de actividades que no pueden sobrevivir sin las bajas tasas de interés.
Asimismo, Rajan afirma que la reducción de los estímulos de la Fed siempre ha sido inevitable y que la decisión de la semana pasada debe ser vista como una oportunidad para mejorar las condiciones en los países emergentes.
En opinión del exministro de finanzas de El Salvador, Manuel Hinds, los bancos centrales de los mercados emergentes deben seguir el ejemplo indio y comenzar a aumentar las tasas de interés poco a poco.
Esta acción puede desalentar la inversión en actividades no sostenibles, al mismo tiempo que atrae a empresas economicamente más fuertes.
Por otro lado, el incremento en la tasa de interés puede ayudar a detener la salida de capitales de los emergentes que buscan mayores tasas en Estados Unidos y combatir la tendencia de devaluación de la moneda.
Hinds afirma que el aplazamiento de la Fed otorga a los emergentes un periodo de transición más gradual, ya que en una crisis las tasas de interés se disparan y terminan causando grandes daños a la economía.
Por su parte, los inversionistas deben prepararse para los cambios que vienen. Aquellos que tienen capital en el tipo de activos que dependen de las bajas tasas de interés deben retirar su dinero, sobre todo si la inversión está gravada con obligaciones fijas que no pueden ser reducidas si las tasas de interés suben.
Este consejo no puede ser aplicado por todos, alguien debe absorber las pérdidas, pero este es el precio que se debe pagar por tener bajas tasas de interés insostenibles durante mucho tiempo.
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