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El desplome del peso argentino de la semana está lejos de ser el último capítulo de la crisis.
El gobierno de Cristina Fernández ha declarado que los fuertes apuros económicos a los que se enfrenta la moneda se deben principalmente a los “ataques especulativos” de grupos económicos para depreciar el valor de los activos financieros y reales.
Sin embargo, diversos analistas advierten que la situación por la que pasa Argentina se debe a 10 años de gobiernos kirchneristas con prácticas populistas deficientes.
No solo los argentinos se han visto perjudicados por la caída del peso, también existen varias empresas mexicanas que han hecho inversiones en el país latinoamericano y que ahora ven en peligro sus intereses.
Entre los connacionales más afectados se encuentra Elektra, que a principios de octubre del año pasado se vio forzada a liquidar sus operaciones en Argentina por el difícil entorno macroeconómico.
Las empresas mexicanas que destacan por sus amplias operaciones en este país son Coca-Cola Femsa, América Móvil, Inbursa, Pemex, Bimbo, Alsea, Arca Continental, Cemex y Televisa.
Desde hace meses las empresas extranjeras con operaciones en este país han expresado su inquietud ante la falta de leyes claras que permitan dar cierta tranquilidad.
Analistas de Euromonitor Internacional Argentina afirman que durante los próximos dos años saldrán de la nación sudamericana al menos 20 compañías extranjeras.
La firma de investigación de mercados afirma que el control del tipo de cambio, los límites en exportaciones e importaciones, la alta tasa de inflación y la desaceleración económica son los factores principales que afectan a estas empresas.
Los sucesos de la semana pasada dieron un golpe a todos los nuevos inversionistas. El pasado mes de noviembre el fondo Fintech, controlado por el regiomontano David Martínez, tomó el control de Telecom y comenzó las negociaciones para incursionar en el negocio petrolero. Menos de dos meses después se ha tenido que enfrentar a la peor depreciación de la moneda argentina en más de 10 años.
Del mismo modo los intereses de Pemex con YPF para explotar el yacimiento de Vaca Muerta podrían dar un giro inesperado.
Historia de una crisis
Después de que los efectos más negativos de la crisis del 2008 pasaron, Argentina tuvo una recuperación fuerte. No obstante, Eurimotor asegura que el crecimiento económico se ha desacelerado en los útlimos años.
Desde que ganó sus segundas elecciones presidenciales en el 2011, Cristina Fernández comenzó a implementar de manera paulatina restricciones a la compra de dólares.
Al mismo tiempo, Argentina comenzó a atrasarse en sus pagos de deuda externa, lo que encareció los créditos internacionales.
Por si fuera poco, el gran déficit energético, que culminó en la expropiación de Repsol en abril del 2012, no ha parado de crecer, por lo que el gobierno necesita disponer de una mayor cantidad de divisas para importar energía.
La primera medida de Fernández con el dólar consistió en obligar a los bancos y casas de cambios a pedir permiso al gobierno antes de autorizar una transacción.
Después se prohibió a las empresas girar dividendos al exterior, las pensiones procedentes del extranjero se empezaron a repartir en pesos argentinos, y en julio del 2012 se prohibió la compra de dólares con fines de ahorro.
Estas medidas se llegaron a conocer como el “cepo al dólar” por las restricciones que significan al mercado cambiario.
Esto creó de manera inevitable un mercado negro para dólares que se cotizan de manera independiente. Los dólares blue (la manera en que ha sido apodada la moneda estadounidense en el mercado ilegal) comenzaron a moverse desde las primeras restricciones y su precio no ha dejado de crecer.
Al principio, en octubre del 2011, el dólar oficial se encontraba en 4.24 pesos argentinos mientras que el blue en 4.49. Sin embargo, la semana pasada el dólar oficial llegó a colocarse en 8 pesos al mismo tiempo que el blue llegó a rebasar los 13 pesos.
A partir de ayer se levantó parcialmente la restricción de compra de dólares con fines de ahorro. Solamente las personas que tengan ingresos mensuales superiores a 7 mil 200 pesos mensuales podrán destinar el 20 por ciento de este monto a la compra de divisas. Además, existen otro tipo de restricciones que hasta el momento no han sido explicadas por el gobierno.
Cuestión de percepción
El gobierno de Fernández no solo se ha dedicado a señalar a los “grupos económicos” como los responsables de la crisis.
Las autoridades argentinas también han sido acusadas de manipular los datos oficiales para dar una apariencia económica saludable.
La inflación oficial se ha ubicado en el 10.9 por ciento sobre el Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, esta cifra no es aceptada por el Fondo Monetario Internacional. Actualmente los analistas estiman que la inflación verdadera debería estar rondando el 25 por ciento.
Además de la inflación, la oposición ha acusado a Fernández de utilizar al Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) para reducir de manera artificial los índices de pobreza del país.
Por su parte, el Ministro de Economía, Axel Kicillof, se ha concentrado en hablar de los especuladores sin atender las políticas del gobierno.
“Cuando se analiza la historia de las corridas cambiarias en la Argentina, lo primero que se observa es que son provocadas por un aparato desinformativo que genera un clima donde sería aconsejable para todo el mundo ir a sacar los depósitos de los bancos y comprar dólares… pusimos los controles para proteger la producción, el empleo y la distribución del ingreso”, dijo Kicillof en una entrevista.