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El truco de la caja china

La aseveración de que la economía china es más grande que la estadounidense depende del cristal con el que se mire.

Las últimas cifras económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) señalan que el Producto Interno Bruto (PIB) de China (17.6 billones) superó al de Estados Unidos (17.4 billones).

Las estimaciones del FMI utilizan un método alternativo que basa la producción en términos de paridad de poder de compra.

Dado que el país asiático presenta menores costos de vida que Estados Unidos, el método del FMI le da un impulso a los datos del país asiático. 

17.4
billones de dólares es el tamaño de la economía de Estados Unidos en términos de paridad de poder de compra, según el FMI
La política pública busca que China transite hacia una estructura económica asentada en el consumo interno

La aseveración de que la economía china es más grande que la estadounidense depende del cristal con el que se mire.

Las últimas cifras económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI) señalan que el Producto Interno Bruto (PIB) de China (17.6 billones) superó al de Estados Unidos (17.4 billones).

Las estimaciones del FMI utilizan un método alternativo que basa la producción en términos de paridad de poder de compra.

Dado que el país asiático presenta menores costos de vida que Estados Unidos, el método del FMI le da un impulso a los datos del país asiático. 

Además, la autoridad china de estadísticas recientemente cambió su método para medir el PIB. El país asiático, cuya economía destaca por la opacidad de sus cifras, anunció que ahora el sector de los servicios tendría un mayor peso en el indicador.

En los últimos cuatro años, el sector terciario ha presentado mejores resultados que cualquier otro sector de la economía.

El cambio le otorga un impulso de 305 mil millones de dólares al PIB del 2013. Pero el gobierno chino advirtió que la nueva metodología no modificará la tasa de crecimiento para este año.

Futuro poco alentador

En el tercer trimestre del 2014, el país asiático registró un crecimiento anualizado de 7.3 por ciento del PIB, debajo del objetivo oficial de 7.5 por ciento.  

Analistas sugieren que los últimos datos económicos vuelven poco probable alcanzar el objetivo de expansión para este año.  

El consenso de pronósticos espera que China presente su tasa de crecimiento más baja en casi un cuarto de siglo.

Las altas tasas de crecimiento de China de los últimos años encuentran sus pilares en una potencia exportadora y en una capitalismo de estado cuya inversión significa grandes inyecciones de dinero a la economía.

Sin embargo, los responsables de la política económica de China se dieron cuenta de que necesitaban impulsar al sector privado para la creación de una clase media. 

Esta necesidad surgió por el fenómeno de la trampa del ingreso medio, donde condiciones como la desigualdad hacen poco probable que un país que pasó de tener un ingreso bajo a uno medio logre escalar hacia niveles de ingreso alto.

El modelo de inversión que privilegia las exportaciones basadas en bajos salarios condicionan a la economía china a la trampa del ingreso medio. 

Por lo tanto, la política pública busca que China transite hacia una estructura económica asentada en el consumo interno.

Esta transición se refleja en las desaceleraciones recientes que registra el PIB del país. Pero, el gobierno chino busca paliar los costos del cambio de modelo mediante la aplicación de estímulos.

La intervención del estado chino con fuertes inversiones asegura los objetivos de crecimiento de corto plazo. Sin embargo, estas operaciones retrasan el surgimiento de un sector privado sólido, además de que aumentan la carga de deuda.

Por si fuera poco, analistas consideran que estas inversiones son de mala calidad. Los malos préstamos, apilados en los bancos chinos, podrían generar un escenario de estancamiento endémico parecido al de Japón.

Dado que no se reconoce la mala calidad de la deuda, los bancos cargan con estas cifras en sus hojas de balance, reduciendo su capacidad de préstamo y generando una contracción de crédito que frena el crecimiento interno.

Un estudio del gobierno chino concluye que en los últimos cinco años se desperdiciaron 6.8 billones de dólares en inversiones fallidas.

En el largo plazo, las proyecciones para China son cada vez menos alentadoras.

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