Después de permanecer suspendido desde octubre 2013, el techo de deuda ha vuelto a aparecer en Estados Unidos. El techo, que limita la cantidad de deuda que el Departamento del Tesoro puede emitir para financiar las operaciones del gobierno federal estadounidense, tiene que ser levantado pronto, o el país nuevamente se enfrentará al riesgo de caer en el incumplimiento de pagos.
El secretario del Tesoro, Jacob J. Lew, ha indicado que el gobierno puede utilizar “medidas extraordinarias” para seguir operando, pero que éstas no durarán mucho. Según la estimación oficial, si el techo no se levanta antes del 27 de febrero, no habrá suficiente dinero como para pagarle a los acreedores del gobierno estadounidense.
Sin embargo, los líderes legislativos del Partido Republicano han indicado que nuevamente pedirán concesiones políticas a cambio del levantamiento del techo de deuda, aunque no han especificado a qué exactamente se refieren con esto.
En una carta dirigida a John Boehner, presidente de la cámara baja del Congreso de los Estados Unidos, Lew le pidió a los legisladores “actuar lo antes posible, levantando el techo de deuda, y dándole certidumbre a la economía y a los mercados financieros”.