El Superdólar: ¿héroe o villano?

En medio de un panorama sombrío para la economía mundial, Estados Unidos da señales de recuperación en su crecimiento y generación de empleo. 

Esto contribuye a fortalecer su moneda, que también se ve impulsada por cambios en la política monetaria de la Reserva Federal. 

Por un lado, éstas son buenas noticias para México, ya que el crecimiento económico del país está ligado al de los estadounidenses y a su consumo de las exportaciones mexicanas. 

Indigonomics Staff Indigonomics Staff Publicado el
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por ciento de las exportaciones mexicanas terminará en Estados Unidos
El fortalecimiento del dólar frente al peso incrementa el costo de las importaciones, lo que contribuye a acelerar la inflación
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En medio de un panorama sombrío para la economía mundial, Estados Unidos da señales de recuperación en su crecimiento y generación de empleo. 

Esto contribuye a fortalecer su moneda, que también se ve impulsada por cambios en la política monetaria de la Reserva Federal. 

Por un lado, éstas son buenas noticias para México, ya que el crecimiento económico del país está ligado al de los estadounidenses y a su consumo de las exportaciones mexicanas. 

Pero lo que es bueno allá también tiene claroscuros en nuestro país, como lo serían un incremento en la inflación y un apretamiento de las condiciones monetarias.

¿En qué nos beneficiamos?

El debilitamiento del peso no significa sólo malas noticias. Una moneda más barata frente al dólar puede representar un impulso de las exportaciones nacionales.

Los empresarios estadounidenses pueden comprar más bienes mexicanos con sus dólares que lo que conseguirían en su propio país. 

En ese sentido, los productores mexicanos se benefician de mayores ventas al extranjero.

Al final de cuentas, la balanza comercial del país termina con un superávit. Esto significa que existieron más exportaciones que importaciones. 

Esto es clave para el crecimiento de la economía, ya que las exportaciones netas representan inyecciones de capital para el país.

Este rubro representa uno de los principales componentes del Producto Interno Bruto del país, justo al lado del consumo interno, el gasto gubernamental y el gasto de inversión.

Otro de los factores relevantes es que Estados Unidos es el principal socio comercial de México. 

El año pasado se exportaron mercancías por un valor total superior a los 299 mil millones de dólares, mientras que las importaciones provenientes del país del norte fueron de 187 mil millones.

Esto equivale a un superávit comercial de 112 mil millones solamente con un país. Esto no toma en cuenta las exportaciones petroleras que son el principal negocio entre los países y que sus altibajos atienden a otro tipo de fenómenos.

Bajo la misma lógica, la recuperación estadounidense también impulsa las inversiones que realizan en México.

Por último, se debe tomar en cuenta que la industria automotriz se ha consolidado como el motor de la economía mexicana, misma que depende de manera considerable de Estados Unidos. 

Mejores condiciones económicas permiten un mayor consumo de autos, lo que a su vez impulsa las inversiones en México.

Diablo en los detalles

Pero a pesar de que el desempeño económico de México está atado al de Estados Unidos debido a los fuertes lazos comerciales entre ambos países, no todas las buenas noticias allá tienen buenos resultados al sur de la frontera.

Primeramente, el fortalecimiento del dólar frente al peso incrementa el costo de las importaciones, lo cual contribuye a acelerar la inflación. 

Considerando que la inflación anualizada fue de 4.3 por ciento en octubre, y que esto de por sí se encuentra por encima del objetivo de 3 por ciento del Banco de México, si el dólar se fortalece aún más el banco central podría decidir alzar su tasa de interés de referencia.

La apreciación del dólar también resulta en una reducción de liquidez para las empresas y bancos no estadounidenses, incrementando sus costos de financiamiento y en consecuencia disminuyendo el dinero disponible para consumo e inversión.

Estas dos situaciones resultarían en condiciones monetarias más apretadas en México, lo cual frenaría aún más el de por sí decepcionante crecimiento económico del país, que fue de 1.4 por ciento en el 2013, y que el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé sea de 2.4 por ciento este año.

A esto hay que agregar que, aunque usualmente un mayor crecimiento económico en Estados Unidos resulta en un aumento en la importación de productos mexicanos, y que un dólar fortalecido resulta en mayores ingresos por cada producto mexicano que se exporta hacia allá, la principal exportación de México, los productos petroleros, se enfrentan a una baja demanda en Estados Unidos.

La baja en la demanda por el petróleo mexicano se ha debido al boom energético que la explotación de recursos shale ha traído en Estados Unidos, la cual ha incrementado los inventarios de energéticos en ese país y contribuido a la caída en los precios del petróleo.

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