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La decisión del Banco de México de reducir la tasa de interés de referencia 50 puntos base, para establecerla en 4 por ciento, parece haber influenciado el empuje del peso
El peso mexicano parece comportarse de la misma manera que la prensa internacional: confiados en que México va por el buen camino.
Al mismo tiempo que el país experimenta el llamado “Mexican Moment” (MeMo), el día de ayer el peso mexicano alcanzó su nivel mayor de apreciación del año respecto al dólar estadounidense, cotizándose a 12.39 pesos por dólar, una apreciación del peso de 2.81 por ciento en lo que va de este año.
El valor alcanzado ayer se mostró como su postulación más fuerte desde el 2 de septiembre de 2011, hace más de 19 meses, cuando alcanzó a ser cotizado en 12.37 pesos por dólar.
La volatilidad que el peso mexicano ha tenido en el último año hace difícil la estimación sobre su desempeño por los siguientes meses.
Tras su valorización en el 2011, el peso se fue depreciando hasta que llegó a su punto más bajo en junio del 2012, siendo cotizado en 14.39 pesos por dólar, para volver a apreciarse a los niveles actuales. Esto muestra una apreciación del 16.3 por ciento en poco más de nueve meses.
Ante la especulación sobre el futuro de la moneda mexicana, analistas financieros han buscado descubrir las determinantes que pudieran explicar su comportamiento y puedan dar una perspectiva hacia adelante.
Banxico da confianza
Mientras que las fluctuaciones de divisas son fácilmente influenciadas por una alta gama de factores, como cifras industriales o de cuentas nacionales, parece que la tendencia de apreciación del peso mexicano está altamente correlacionada con los sucesos sociopolíticos de los últimos seis meses.
El último empuje parece haber sido influenciado por la decisión del Banco de México, que el viernes pasado redujo la tasa de interés de referencia 50 puntos base, para establecerla en 4 por ciento.
Dado a que el mercado estaba esperando un movimiento similar, la actitud de Banxico produjo mayor confianza en la estabilidad macroeconómica del país y en el manejo efectivo de su política monetaria.
Bajo otro enfoque, el desempeño del país y los pronósticos de crecimiento han postulado un panorama positivo, ligado al cumplimiento de las reformas que el presidente Enrique Peña Nieto ha postulado desde el comienzo de su sexenio.
Peña Nieto se endurece
Los eventos que se han percibido en los últimos meses, a parte de la opinión del MeMo internacional, abogan una positiva previsión para el futuro de la economía mexicana, lo cual estimaría la atracción de mayores fondos internacionales y podría apreciar la moneda.
Después de presentar la reforma de educación, detuvo a la lideresa del sindicato de maestos, Elba Esther Gordillo, mandando un mensaje de cómo su postura iba a ser bastante dura, confiados en dejar atrás posibles alianzas con los poderes fácticos.
Luego presentó la iniciativa de reforma de las telecomunicaciones, con la que se busca reducir el poder de mercado de las principales compañías: América Móvil y Televisa. Los mercados internacionales han visto esto como un fuerte avance.
Fomentar la competencia es una señal positiva par el futuro crecimiento del país, ya que habrá menos ineficiencias y costos para la sociedad.
Debido al sello reformista que lleva el gobierno, se especula que pronto se trabajará en la reforma fiscal, que evite la dependencia del presupuesto federal en los ingresos petroleros. Esto podría ser fundamental para el crecimiento del país.
Todo esto le ha permitido desarrollar una imagen positiva del país ante los inversionistas extranjeros.
Aunado a esto, por preocupaciones de la economía internacional, el Banco de México recortó medio punto porcentual, por lo que las expectativas de crecimiento de la economía mexicana en el corto plazo aumentaron.
Mejora perspectiva
Estos factores llevaron a un aumento en la perspectiva de crédito de estable a positiva por parte de Standard & Poor’s. El Financial Times citó a una analista de S&P, Lisa Schineller, quien justificó esta medida.
“(La mejora perspectiva) refleja una gran posibilidad, de uno a tres, de que el gobierno avanzará exitosamente en las políticas para fortalecer la capacidad fiscal, maniobrar y aumentar el prospecto de crecimiento de medio término”, dijo Schineller.
La posibilidad de la mejora en la calificación crediticia de México depende de que las reformas pasen en el Congreso.
Desde el 2007 no se ha tenido un incremento en la calificación por parte de las principales agencias calificadoras. La posibilidad de un aumento también funge como presión en el Congreso para pasar las reformas.
