El peso muerto del sindicato

No es un buen momento para ser una empresa petrolera. La caída de los precios del barril de petróleo y las presiones de cambiarias provocadas por el fortalecimiento del dólar han golpeado severamente las finanzas de las productoras de crudo.

Las pérdidas de Petróleos Mexicanos (Pemex) llegaron a un nuevo nivel récord el año pasado con una afectación neta de 263 mil 819 millones de pesos, lo que representa un aumento en pérdidas de 55 por ciento.

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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por ciento de los trabajadores de Pemex forman parte del contrato colectivo de trabajo del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
Los beneficios obtenidos por parte de los trabajadores sindicalizados representan un gran costo para la empresa petrolera

No es un buen momento para ser una empresa petrolera. La caída de los precios del barril de petróleo y las presiones de cambiarias provocadas por el fortalecimiento del dólar han golpeado severamente las finanzas de las productoras de crudo.

Las pérdidas de Petróleos Mexicanos (Pemex) llegaron a un nuevo nivel récord el año pasado con una afectación neta de 263 mil 819 millones de pesos, lo que representa un aumento en pérdidas de 55 por ciento.

De acuerdo con un informe de la empresa a la Bolsa Mexicana de Valores, la principal causa de esto fue el encarecimiento del dólar. Sin embargo, la caída del precio del petróleo y la baja en producción y ventas también jugaron un papel importante.

En comparación, en el 2013 la empresa petrolera registró  pérdidas de 170 mil 58 millones de pesos.

Otros de los rubros que más afectaron a Pemex fue el de su pasivo laboral que tuvo un crecimiento anual de 31.7 por ciento, llegando a 1 billón 474 mil 88 millones de pesos.

Las presiones a las que se enfrenta la empresa productiva del Estado revive el tema sobre el costo que tiene mantener al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, el cual es dirigido por el polémico senador del PRI Carlos Romero Deschamps.

A finales de la semana pasada, se anunció un acuerdo entre Pemex y el sindicato para implementar un programa extraordinario para reducir el gasto corriente en servicios personales en 10 mil millones de pesos, equivalente al 16 por ciento del ajuste que sufrió el presupuesto de la paraestatal, pero no se concretó ninguna reducción de personal.

Ya van tarde

A pesar de que se planea una reducción en el gasto de trabajadores, la modificación llega tarde.

Desde mediados del año pasado, justo cuando los precios del petróleo comenzaron a caer, la mayoría de las empresas petroleras en el mundo han recortado de manera considerable sus plantas laborales.

Pemex no sólo se ha tardado en anunciar un ajuste similar, si no que hasta el momento no ha logrado definir cuántas plazas recortará, ni cuándo lo hará. El reciente acuerdo con el sindicato es impreciso y no significa necesariamente un gran despido de trabajadores.

Incluso antes de que cayeran los precios del petróleo, Pemex era señalada como una empresa ineficiente a la que le sobran trabajadores.

El problema es que los beneficios obtenidos de los empleados sindicalizados a través de su contrato colectivo de trabajo sube el costo de realizar cualquier despido. Además, el sindicato de Pemex ha sido utilizado durante años como una herramienta política que, entre más grande, es más eficaz.

En comparación, un registro realizado por Bloomberg muestra que se han anunciado más de 100 mil despidos en la industria alrededor del mundo desde que los precios del crudo comenzaron a caer. 

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