El otro juego
A la par del Mundial de Brasil, Europa se prepara para iniciar su “juego limpio financiero”.
El nuevo sistema de regulación procura que los clubes cumplan con sus obligaciones contractuales y contengan el gasto en jugadores.
De acuerdo al estudio “Cómo rueda el balón”, publicado por Stefan Szymanski, profesor de Administración Deportiva en la Universidad de Michigan, si estas normas se aplican en forma completa, se reduciría la movilidad de jugadores y aumentaría la rentabilidad de los clubes.
Georgina Howard
A la par del Mundial de Brasil, Europa se prepara para iniciar su “juego limpio financiero”.
El nuevo sistema de regulación procura que los clubes cumplan con sus obligaciones contractuales y contengan el gasto en jugadores.
De acuerdo al estudio “Cómo rueda el balón”, publicado por Stefan Szymanski, profesor de Administración Deportiva en la Universidad de Michigan, si estas normas se aplican en forma completa, se reduciría la movilidad de jugadores y aumentaría la rentabilidad de los clubes.
Como sucede cada cuatro años, el Mundial creará nuevos millonarios. Jugadores de clubes pequeños que, si logran brillar en la justa deportiva podrían firmar contratos con los gigantes.
Este tipo de transacciones ha significado que, del ingreso total del futbol europeo cercano a 16 mil millones de dólares hace dos años, casi 7 mil millones se fueron al pago de los jugadores.
De acuerdo a Szymanski, la fuerza laboral expatriada del futbol europeo -la cual representa más de un tercio del total- supera con creces la del mercado laboral europeo en genera, en el cual los extranjeros constituyen solo el 7 por ciento.
Según el “Gran Censo” de la FIFA, hay 113 mil jugadores profesionales en todo el mundo, de ellos, cerca de 60 mil trabajan en el marco de la Unión de Federaciones de Futbol Europeas (UEFA).
Tan solo el año pasado se registraron 290 extranjeros en la Primera División del futbol Inglés, casi el 50 por ciento de foráneos en Alemania y 40 por ciento en España.
Para Szymanski se trata de una competencia perfecta entre flexibilidad laboral y eficiencia económica, pero con rendimiento a futuro.
El negocio de la Copa
La Copa del Mundo costará a los contribuyentes brasileños más de 11 mil millones de dólares y se espera que inyecte a la economía cerca de 13 mil 600 millones.
Para la calificación Moody’s su efecto será insignificante en la economía, dado el magro crecimiento que el país registra desde 2011.
Pero la FIFA se llevará el gordo. El organismo rector mundial del balonpié ganará más de 4 mil millones de dólares tan solo por ingresos comerciales, 66 por ciento más de ganancias que Sudáfrica 2010.
Y el equipo ganador de la justa deportiva se llevará un jugoso premio de 35 millones de dólares. Las otras selecciones se repartirán una bolsa de 323 millones de dólares.