La voz de Víctor Villalobos Arámbula es contundente. Sabe que no hay otra forma de expresar sus ideas, pues el campo mexicano requiere de acciones urgentes. De sus 69 años ha dedicado más de la mitad de ellos a la agricultura.
Ya sea como académico, coordinador general de asuntos internacionales, subsecretario, oficial principal en biotecnología o desde su actual cargo como secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), el ingeniero agrónomo tiene una meta clara: darle visibilidad a los millones de trabajadores del campo mexicano.
En diciembre pasado, el egresado de la Universidad Autónoma Chapingo recibió la encomienda del presidente Andrés Manuel López Obrador de salvar las tierras e incentivar la actividad productiva del sector.
Sin embargo, Villalobos Arámbula es consciente de que el reto no es sencillo, sobre todo porque en los últimos 20 años la dependencia alimentaria de México crece a la par de que la industria agro se queda al margen de las políticas públicas, a pesar de las eternas promesas de antiguos gobiernos.
En la actualidad, 5.5 millones de personas trabajan en el campo, de las cuales 56 por ciento son agricultores y 44 por ciento son trabajadores agrícolas de apoyo, de acuerdo con cifras del Inegi.
Incentivar un sector abandonado durante décadas y que no se ha reformado resulta casi una misión imposible, pero el titular de Sader comparte que la única forma de sacarlo adelante es mirando desde otra perspectiva.
“No podemos seguir atendiendo problemas nuevos con herramientas del pasado, tenemos que adaptar nuestra agricultura para hacerla más eficiente y competitiva”, precisa en entrevista el secretario Víctor Villalobos Arámbula.
Jóvenes, la base del desarrollo
Dentro de la visión del también doctor en Morfogénesis Vegetal por la Universidad de Calgary habita la idea de que México puede lograr un papel importante en la seguridad alimentaria, pero para ello se tiene que mantener a la juventud interesada en la agricultura.
El funcionario ha privilegiado la preparación de jóvenes profesionales con el objetivo de que se puedan enfrentar a los diferentes retos, y con el apoyo del Gobierno federal ha implementado un programa de becas de postgrado para estudiantes de países Latinoamericanos y del Caribe.
Esto porque considera que existe un envejecimiento en el campo y los jóvenes están saliendo a estudiar y ya no regresan, debido a que no ven incentivos para mejorar sus condiciones de vida ni satisfacer sus necesidades.
“El gran pendiente que tenemos es hacer al campo mucho más atractivo para que las nuevas generaciones vean en él no solo un futuro sino un reto. Estoy convencido de que ellos son más proclives a la innovación”, precisa Villalobos Arámbula.
El secretario considera que en el país existe un capital científico de muy alto nivel, aunque el problema es que es más reconocido afuera que dentro de las mismas escuelas y empresas en México.
De ahí la urgencia de conectar el conocimiento con aquellos que deberían beneficiarse de esto. En su agenda está convertir a Sader en el puente que establezca la conexión entre la tecnología y los agricultores.
Atacar los problemas del campo mexicano de raíz
El presupuesto asignado a la dependencia ha disminuido con el paso del tiempo. En 2010, los recursos ascendieron a 73 mil 369 millones de pesos, nueve años después el monto descendió hasta los 65 mil 400 millones de pesos, muestran cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Con la llegada de la Cuarta Transformación (4T)se creó una lista de proyectos y programas prioritarios, dentro de los que se consideraron cuatro para el rescate del campo mexicano: Producción para el bienestar; Precios de garantía; Crédito ganadero a la palabra, y Fertilizantes para el bienestar.
Producción para el bienestar es un programa hecho para pequeños y medianos productores de granos (maíz, trigo harinero, frijol y arroz), café y caña de azúcar.
Comenzó a operar con un presupuesto de nueve mil millones de pesos y posteriormente se agregaron dos mil 500 millones para las modalidades de caña de azúcar y café, que ya se distribuyen desde junio pasado.
Con el regreso de los precios de garantía se busca incrementar el ingreso de los pequeños productores agropecuarios, estimular la producción nacional de granos básicos y leche fresca, así como la disponibilidad de alimentos para la canasta básica.
Con el crédito ganadero a la palabra se busca incrementar la productividad y la cantidad de ganado del productor pecuario mediante la entrega de reses, cabras, ovejas, cerdos y abejas.
Mientras que con los fertilizantes para el bienestar se contribuirá al mejoramiento de la productividad permitiendo hacer frente a la demanda de alimentos, forrajes, fibras y energéticos.
Para el próximo año el titular de Sader considera que es necesario tener un presupuesto de 65 mil a 67 mil millones de pesos para seguir apoyando a los agricultores y mantener en pie estos programas.
Antes de levantarse de su asiento, el secretario Víctor Villalobos Arámbula sonríe y confiesa que el legado que le gustaría dejar al terminar su administración es regresarle a México un poco de lo que ha aprendio de la tierra y la gente que la trabaja. Además, deja abierta la puerta a que, ahora sí, llegue la solución que salve al campo.
Secretario, ¿este sexenio veremos una reforma?
“Yo creo que sí…”