Como bien demuestran los datos dados a conocer por Toyota el miércoles, las políticas monetarias del Banco Central de Japón están rindiendo frutos para las empresas que compiten directamente con algunas establecidas en México. Mientras el yen japonés se ha depreciado más de 20 por ciento desde octubre del año pasado respecto al dólar, el peso se ha apreciado aproximadamente un 7 por ciento.
Tan solo el viernes, la moneda japonesa tocó los 100 yenes por dólar, nivel no visto desde hace 4 años.
La depreciación se debe en gran parte a las políticas monetarias anunciadas hace unos meses en los que el banco central pretende, entre otras medidas, duplicar la cantidad de billetes en circulación, con el fin explícito de causar mayor inflación y devaluar su moneda.
Esto ha hecho más competitivas las exportaciones del país asiático, ayudando inmensamente a empresas exportadoras, entre ellas las automotrices.
Desde noviembre del año pasado, la empresa Mazda ha triplicado su valor en mercado y Toyota lo ha incrementado en un 98 por ciento.
El riesgo para México es que las exportaciones de automóviles japoneses, por el efecto del tipo de cambio, terminen siendo más baratos en todo el mundo que los mexicanos, erosionando así la competitividad que ha ganado la industria en los últimos años.
De hecho, en las minutas de la última junta de Gobierno del Banco de México, los asistentes presentes aseguraron que “prevalecen riesgos a la baja para el crecimiento” y que además, “se ha observado un importante ingreso de capitales hacia el país que ha contribuido a una apreciación del peso”.
Lo anterior sugiere que lo que Japón está haciendo quizás ya repercute en las mentes de quienes hacen política monetaria en el país.
Pues de continuar las mismas trayectorias, es decir un yen depreciándose rápidamente y un peso en constante apreciación por el ingreso de capitales, la ganada competitividad en la industria automotriz y los empleos que ella representa podrían ser cosa del pasado.
Minuta de Banxico
Decisiones sobre política monetaria