https://www.youtube.com/watch?v=xRq3OE3DyPE
El libro “El Capital en el siglo 21”, del economista francés Thomas Piketty, se convirtió en un fenómeno editorial en todo el mundo.
El texto causó controversia por la manera en que analiza y pone sobre la mesa el tema de la desigualdad de riqueza.
Piketty afirma que existen fuerzas inherentes y naturales del capitalismo que tienden a la desigualdad de riqueza.
El académico explica lo anterior al aseverar qu e cuando el retorno del capital es mayor que el crecimiento de la economía, se crea una brecha de riqueza.
Piketty realiza un extensivo análisis de datos históricos para concluir que hoy, la sociedad del mundo desarrollado es tan desigual como lo era en la primera parte del siglo 21.
Destaca la perpetuación de una clase rentista que se beneficia de los retornos de capital, además del surgimiento de una clase de “súper profesionales” (directores ejecutivos, administradores de fondos, deportistas profesionales, etc) que exacerba la desigualdad al recibir salarios estratosféricos.
El tratado no se limita a generar un diagnóstico fuertemente soportado por los datos. El economista entra al terreno de la política pública y ofrece una solución: gravar la riqueza en su nivel óptimo, 80 por ciento según sus cálculos.
Thomas Piketty se ha desarrollado en la investigación y en la academia, incluyendo posiciones como profesor visitante del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Actualmente es profesor de la Escuela Económica de París.
A pesar de las divergencias de opinión que surgen tras la publicación de “El Capital en el siglo 21”, existe un consenso entre críticos y detractores respecto al trabajo estadístico y de recopilación de datos que hace Piketty en su obra.
Robert Samuelson, del diario Washington Post, califica el trabajo de investigación estadística de Piketty como un logro prodigioso. El francés edificó una base de datos estadísticos que rastrea la distribución de riqueza en Europa y Estados Unidos desde el siglo 21.
Opiniones divergentes
“El Capital en el siglo 21”, título casi homónimo de la obra cumbre de Carlos Marx, ha merecido críticas y aplausos de todas las corrientes.
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, cataloga al libro como el más importante del año, incluso, de la década. Para Joseph Steiglitz, también Nobel de Economía, el tratado es una contribución fundamental para la distribución de riqueza.
Robert Solow, Nobel de Economía 1987, elogia la obra de Piketty en su totalidad, especialmente la solución propuesta.
Considera que gravar la riqueza hace sentido técnico pues representa un antídoto natural para las dinámicas de desigualdad que el propio Piketty ha revelado.
Sin embargo, el impuesto a la riqueza que propone encuentra detractores relevantes. Robert Schiller, Nobel de Economía 2013, lo critica en una columna de opinión y expone que la implementación de un impuesto global a la riqueza requeriría necesariamente un alto e indudablemente poco realista nivel de cooperación internacional.
En otro respecto, el profesor de Harvard, Kenneth Rogoff, señala que la desigualdad puede verse desde dos posturas: la percepción de Piketty, basada en el estudio de desigualdad creciente dentro de países ricos, y la percepción de quienes afirman que la desigualdad global disminuye considerablemente.
Señala fallas Financial Times
La polémica en torno al libro de Piketty subió de tono esta semana debido a una serie de artículos publicados por el Financial Times (FT).
De acuerdo con una investigación dirigida por Chris Giles, del FT, los números y cáluclos realizados por Piketty tienen tantos errores que la tésis principal del libro no puede ser sostenida.
Entre las supuestas fallas encontradas por el FT se encuentra desde una transcripción errónea de los números de su fuente original, hasta errores de cálculo y comparación.
Por ejemplo, Giles afirma que cuando se comparan datos de distintas fuentes, Piketty utiliza métodos inconsistentes para terminar con los números que más favorecen su argumento.
Asimismo, durante los años en los que no se encuentran cifras adecuadas, Giles afirma que la metodología para obtener aproximados es arbitraria.
Las réplicas contra el Financial Times no tardaron en salir.
Empezando con el mismo Piketty, quien fue contactado previamente por el periódico, las opiniones de los especialistas se han dividido.
Los defensores de Piketty afirman que no existen los errores que señala el FT y que, aún y cuando se acepte dicha crítica, las conclusiones no cambiarían de manera sustancial.