El crack los saca de clases

A pesar de que la comunidad blanca en Estados Unidos ha tenido mayor nivel educativo que la afroamericana, entre la década de los 60 y principio de los 80 esta brecha disminuyó gracias a un incremento pronunciado en el nivel de escolaridad afroamericano.

Entre 1970 y 1985 el porcentaje de jóvenes que recibían diploma de preparatoria aumentaba en 0.4 por ciento al año, de haber seguido así, para 1996 la tasa entre esas dos comunidades hubiera sido la misma.

A pesar de que la comunidad blanca en Estados Unidos ha tenido mayor nivel educativo que la afroamericana, entre la década de los 60 y principio de los 80 esta brecha disminuyó gracias a un incremento pronunciado en el nivel de escolaridad afroamericano.

Entre 1970 y 1985 el porcentaje de jóvenes que recibían diploma de preparatoria aumentaba en 0.4 por ciento al año, de haber seguido así, para 1996 la tasa entre esas dos comunidades hubiera sido la misma.

Pero ocurrió una divergencia en la tasa de escolaridades, por lo que se ha vuelto a crear una diferencia. Encontrar la causa de esto ha sido difícil tanto para las autoridades políticas como para los investigadores académicos.

Causa deserción

Ante esto, tres profesores de economía, William Evans, Craig Garthwaite y Timothy Moore (de las universidades de Notre Dame, Northwestern y George Washington, respectivamente) realizaron una investigación para detectar los determinantes de este patrón de comportamiento educativo. Los resultados no giran en torno a un bajo o ineficiente gasto en educación o cualquier otra política que afecte directamente a esta temática.

Encuentran que el surgimiento del mercado del “crack” (droga derivada de la cocaína), es lo que principalmente ha incidido en el decrecimiento de la tasa de escolaridad de la comunidad afroamericana en Estados Unidos.

Según la investigación, este mercado de drogas genera tres impactos para los jóvenes: un incremento en la tasa de de homicidios, aumento en los prospectos de encarcelamiento y mayor oportunidad de empleo afuera del sector formal.

Los autores indican que esto reduce el incentivo para estudiar, ya que los jóvenes perciben que la inversión de terminar sus estudios es baja en comparación de acudir al mercado de criminalidad, específicamente ante el crecimiento del mercado del crack.

Esto se realizó para la población específica de Estados Unidos, sin embargo el caso suena familiar para nuestro país.