El proceso electoral de Estados Unidos ha abierto un amplio abanico de riesgos para la economía global. El desbalance macroeconómico, el inicio de una guerra comercial con China, la finalización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y un nuevo periodo de parálisis política en el Congreso son algunas de las consecuencias adversas que son referidas por los inversionistas globales.
Ahora, una investigación del banco Citi argumenta que existe otra posibilidad, con efectos disruptivos de una magnitud similar al de estos factores: una abrupta salida de Janet Yellen de la presidencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
La independencia de la Fed se ha puesto en tela de juicio por la campaña del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
Yellen se ha convertido en un blanco directo de las críticas de Trump, quien argumenta que el banco central mantiene las tasas de interés en niveles cercanos a cero con el fin de ofrecer un soporte artificial a la economía en el último tramo de la administración del presidente estadounidense Barack Obama. Para el candidato republicano, la política monetaria se encuentra comprometida por razones de corte político.
Dana Peterson, la analista de Citi que dirigió esta investigación, escribió en una nota: “Los llamados para limitar el poder y la independencia de la política monetaria de la Fed no son nuevos, pero el creciente escrutinio reciente sobre las decisiones de la Fed, especialmente en este periodo electoral, han dado lugar a especulaciones de que la presidenta Janet Yellen podría dejar su puesto más temprano que tarde.”
El reporte de Citi fue claro al señalar que esta posibilidad aún es remota. Primero, porque las preferencias electorales de Trump en las encuestas han mermado significativamente en las últimas semanas. Segundo, porque, aún si llega a la presidencia, es poco viable que alcance el capital político para remover a Yellen.
Sin embargo, también persiste el riesgo de que Yellen renuncie a su puesto de manera inmediata en caso de que Trump gane las elecciones el 6 de noviembre. Esta hipótesis fue sugerida por Paul Ashworth, economista en jefe de la firma de investigación Capital Economics. “(En caso de una victoria de Trump) Vemos difícil que ella pueda continuar en su puesto hasta que expire su mandato a finales de 2018”, señaló.
Golpe de incertidumbre
Analistas de Citi expresaron que la estabilidad de la estructura organizacional que le da credibilidad a la Fed se encontrará en la línea de fuego como parte de una “prueba de estrés” para la arquitectura legal e institucional de Estados Unidos en caso de que Trump llegue a la presidencia.
La incertidumbre generada por una salida abrupta de Yellen, el liderazgo más ostensible de una política monetaria que lleva a cuestas la recuperación de la última crisis global, sería el preludio de un nuevo episodio de volatilidad.
Existe un consenso entre analistas, académicos y funcionarios de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional de que el activismo de los bancos centrales representan la única respuesta relevante de política económica en esta recuperación.
Un golpe a la credibilidad de la Fed, el banco central más influyente del mundo, pondría en riesgo uno de los pilares de la estabilidad macroeconómica global.