La actividad económica del país desaceleró su ritmo de crecimiento en la recta final de la actual administración; cuestión que genera incertidumbre sobre el hecho de que México pueda recuperar el dinamismo durante la segunda mitad de 2024, o si anotará un dato anual menor al del año pasado.
Durante el segundo trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) de México registró una variación de 0.2 por ciento a tasa trimestral, de acuerdo con la estimación oportuna del indicador, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El dato, que se ubicó por debajo de la estimación de mercado, fue una clara muestra de cómo la economía nacional ha venido moderando su ritmo de crecimiento desde el último trimestre del año pasado, justo en línea con lo que pronosticó el Fondo Monetario Internacional para 2024, donde el bajo crecimiento figuraría como el escenario base.
“El PIB avanzó 0.2 por ciento a tasa trimestral, marginalmente menor que el 0.3 por ciento del primer trimestre de 20224. De cualquier manera, la actividad hiló once trimestres de mejoría. Los resultados fueron mejores a mediados y a finales del periodo tras un arranque débil en abril. Es relevante notar una dinámica heterogénea, similar al primer trimestre. Además, es consistente con la tendencia de moderación que ha prevalecido desde finales del año pasado, sugiriendo que el impulso excepcional que había registrado la economía en años previos podría estar agotándose”, apuntó al respecto la dirección General adjunta de análisis económico y financiero de Banorte.
Así, mientras que el resultado se vio impulsado por el crecimiento de las actividades secundarias y terciarias, en un orden del 0.3 por ciento respectivamente, también reflejó el impacto de una caída en las actividades primarias del 1.7 por ciento, según los datos de Inegi; un escenario que, en consideración del consenso de analistas consultados en la Encuesta Citibanamex de Expectativas, llevaría al PIB a crecer 1.9 por ciento al cierre del año.
“La cifra preliminar del PIB indicaría la mayor caída desde el primer trimestre del 2021, momento en el cual la economía mexicana se recuperaba de la pandemia de COVID-19. En el desglose de los datos, preocupa el bajo dinamismo del sector secundario, ya que es un rubro que aporta más del 30 por ciento al crecimiento del PIB. Adicionalmente, los servicios también presentaron un menor desempeño, lo que podría indicar un menor consumo en el corto plazo. Hacia adelante, será clave la reactivación en las manufacturas y principalmente la del sector primario”, consideró la dirección de análisis económico, cambiario y bursátil de Monex.
Resultado adverso en un contexto positivo, de acuerdo con las autoridades hacendarias y económicas
Pese a que el resultado del PIB en el segundo trimestre del año no reflejó un mayor dinamismo económico para México, las autoridades económicas y hacendarias del país han destacado que actualmente la nación cuenta con elementos suficientes para poder generar un impulso importante que lo consolide en la senda del crecimiento sostenido, pues, como destacó Raquel Buenrostro, secretaría de economía:
“Tenemos cifras récord no solo en inversión, sino en empleo, en salario mínimo, en salario promedio, en inversión extranjera, en exportaciones; estamos batiendo muchísimos récords históricos. En materia comercial también hemos desplazado a China contra Estados Unidos, que es nuestro principal socio comercial. La región de América del Norte produce el 30 por ciento del PIB a nivel global, entonces participar en ese mercado como uno de los principales exportadores nos habla de lo importante que somos”.
Por otro lado, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha señalado que: “El dinamismo de la actividad económica provino, en gran medida, de la solidez de la demanda interna, la cual fue impulsada por el consumo y la inversión. En el promedio de enero a abril, la inversión registró un crecimiento promedio anual de 11.9 por ciento, liderada por el sector privado que, al hilar incrementos anuales consecutivos desde marzo de 2021, alcanzó un nivel máximo desde que inició su registro en 1993”.
Al momento, se espera que transcurra la segunda mitad del año, para que sucesos como la transición para que la próxima administración tome el poder, y hasta las elecciones en Estados Unidos, puedan reflejar el efecto que tendrán en la economía nacional, y observar si las bajas expectativas de crecimiento con las que cuenta el escenario nacional se harán realidad o se superarán, como ha sucedido con anterioridad.