México contra corriente

La economía mexicana se ha caracterizado por ser la excepción a la regla. Durante la década pasada, en pleno auge del mercado de commodities, México fue de los pocos países emergentes que no se sumó a un boom económico en el que países como Rusia y Brasil crecieron a tasas del 7 por ciento anual.

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puntos base es la prima de los activos que miden el riesgo de impago de la deuda mexicana, superior al de países como Perú, Rusia y Kazajstán
El reporte pone de relieve el deterioro de la economía, en la que se conjugan la amenaza que significa el discurso proteccionista de Trump, la inflación incipiente, el bajo crecimiento y la debilidad fiscal
Pese a que hace tres años el país era considerado como un estandarte de la estabilidad económica emergente, los inversionistas no le han otorgado a México el voto de confianza esperado 

La economía mexicana se ha caracterizado por ser la excepción a la regla. Durante la década pasada, en pleno auge del mercado de commodities, México fue de los pocos países emergentes que no se sumó a un boom económico en el que países como Rusia y Brasil crecieron a tasas del 7 por ciento anual.

Posteriormente, ante la caída del precio de las materias primas (principal producto de exportación de las economías emergentes), los inversionistas y la prensa internacional voltearon a ver a México como la esperanza emergente por excelencia. El país, reconocido por una estabilidad macroeconómica inusual entre sus contrapartes de mercados en desarrollo, estaba iniciando un ciclo de reformas estructurales que prometían hacer crecer al país a una tasa de 5 por ciento para el final del actual sexenio de Enrique Peña Nieto.

Sin embargo, la promesa del Mexican Moment se ha desvanecido. Hoy, México vuelve a remar en sentido contrario a las tendencias que delinean la narrativa de la economía global. En un momento en el que el mercado pone sus esperanzas en los planes de crecimiento de la administración de Donald Trump para inyectarle dinamismo a la actividad económica mundial, la economía mexicana se encuentra en una condición crítica.

El reporte de perspectivas de inversión de Goldman Sachs Asset Management destaca tres procesos de transición de la economía global que se concretarán en el 2017:  del estancamiento a la inflación, de la política monetaria a la política fiscal y del globalismo al populismo. A excepción de la última tendencia, la dinámica de la economía mexicana opera en sentido contrario a las transiciones que destaca Goldman Sachs.

Esto pone de relieve el deterioro del cuadro macroeconómico de México, en el que se conjugan la amenaza que significa el discurso proteccionista de Donald Trump, la inflación incipiente, el bajo crecimiento y la limitada credibilidad de las autoridades fiscales para contener la deuda pública y el déficit fiscal.

Los riesgos para la economía mexicana se vuelven evidentes en un contexto marcado por las condiciones laxas de controles de capital en México, por un modelo de política económica que privilegia la inversión en cartera de extranjeros para financiar el déficit de cuenta corriente y por un proceso de contracción monetaria de la Reserva Federal que está repatriando capitales hacia Estados Unidos.

El año pasado, Luis Videgaray, el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, declaró a la agencia Bloomberg que los países emergentes como México tenían que ganarse la confianza de los mercados todos los días. El comentario fue utilizado para justificar el discurso oficial que hace hincapié en la estabilidad macroeconómica como política pública prioritaria.

No obstante, pese a que hace tres años el país era considerado como un estandarte de la estabilidad económica emergente, los inversionistas no le han otorgado a México el voto de confianza esperado.

En el último mes, el peso ha perdido el 7.43 por ciento de su valor frente al dólar. Esta semana, el tipo de cambio rebasó la barrera de los 22 pesos por dólar, alcanzando un máximo histórico.

Además, el riesgo país, medido a través de la prima de las permutas de intercambio crediticio de la deuda mexicana (un activo denominado CDS, por sus siglas en inglés) pasó de 70 puntos base en julio de 2014 a un nivel actual de 178 puntos base, un nivel superior a la cotización de la deuda de Rusia, Perú o Kazajstán.

El tridente de Goldman Sachs :

>Del estancamiento a la inflación
 
Las expectativas inflacionarias de México se están saliendo del rango permitido por el banco central. El consenso de analistas espera que la inflación sea de 4.3 por ciento en 2017.

Sin embargo, esta dinámica no se encuentra en línea con la perspectiva de Goldman Sachs, ya que ésta hace énfasis en la transición de niveles cercanos a la inflación cero hacia un escenario de mayor dinamismo económico en los países desarrollados.

Analistas expresan que, en todo caso, la coyuntura mexicana se encuentra más cercana a la experiencia de estanflación que dominó la escena económica global de la década de los setentas.
 
>De  la política monetaria a la política fiscal
 
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, es una de las voces que ha insistido en que el papel de los bancos centrales para sostener la recuperación económica global ha llegado a su límite.

En ese sentido, los planes de gasto público y recorte de impuestos de Donald Trump han irrumpido el status quo de bajo crecimiento.

No obstante, en México sucede lo contrario. El país debe cumplir un programa de austeridad para alcanzar su primer superávit fiscal primario en casi una década, con el fin de salvaguardar su integridad macroeconómica.

Ante la ausencia de espacio fiscal, evidente en el hecho de que la inversión pública se encuentra en su menor nivel desde la década de los 30, la política monetaria se presnta  como el recurso de contención más relevante de la política económica de México.
 
>Del globalismo al populismo
 
Esta transición representa el único factor de convergencia de la economía mexicana con las perspectivas de Goldman Sachs.

La tendencia no sólo atañe al retroceso del libre comercio, sino a un nuevo sello en el estilo de gobernar, en el cual,  Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, es su mayor exponente.

Sin embargo, el Instituto Peterson de Economía Internacional advierte que esto pudiera ser el precedente directo de lo que llama una “oleada populista mexicana”, encarnada por el político Andrés Manuel López Obrador.

Hoy, el triunfo electoral del candidato antisistema es parte del escenario base de más de una institución financiera. Las consecuencias de que esto ocurra, aún son inciertas.

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