Economía de México en caída libre por recesión
La recesión provocada por el Covid-19 llevará a México a una de sus mayores crisis, sin embargo, si se implementan políticas económicas adecuadas se puede lograr una recuperación parcial
Nayeli Meza OrozcoEl paracaídas de México no se abrirá durante este año. La triple crisis a la que se enfrenta provocará que la economía nacional toque tierra en el peor escenario desde la Gran Depresión en 1929.
La conjugación de la emergencia de salud mundial, los problemas financieros que arrastra y el derrumbe en los precios del petróleo hundirán el Producto Interno Bruto (PIB) 6.6 por ciento, de acuerdo con las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Durante la Gran Depresión y el año posterior, la economía mexicana se contrajo 3.7 y 6.7 por ciento.
Pero México no será el único afectado por El Gran Confinamiento (nombre dado a la actual crisis), el organismo liderado por Kristalina Georgieva pronostica que el PIB del mundo caerá 3 por ciento y la Eurozona se convertirá en la región más afectada por la pandemia con un desplome de 7.5 por ciento al cierre del 2020.
La economía italiana se hundirá 9.1, el mayor nivel en el territorio europeo, seguida de España, cuya contracción será de 8.0 por ciento.
Para finales de año, se espera que las avanzadas se contraigan 6.1 por ciento, en tanto que en las emergentes se pronostican tasas de crecimiento negativas de -1.0 por ciento, y -2.0 por ciento si se excluye a China, esto provocará que el ingreso per cápita se contraiga en más de 170 países.
Al hacer un comparativo con el impacto que tuvo la crisis financiera de 2009, las cifras son más desalentadoras. Durante ese año, los mercados avanzados sufrieron un descalabro de 3.3 por ciento, mientras que las economías emergentes lograron sortear la situación y avanzar 2.8 por ciento.
El regreso a la crisis
En este momento, México debe evitar que la actual recesión cause estragos como los del periodo bautizado como la década perdida que comenzó en 1982 con la insolvencia del país para pagar sus compromisos internacionales.
Esta crisis no solo provocó bajo crecimiento, también una gran destrucción de riqueza, el quiebre de empresas y el inicio de la precarización laboral, hecho que también ocurrió en 1994 y en 2009.
Al respecto, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), reconoce que México transita por un camino que ya conoce, pero en esta ocasión la actual administración tiene la oportunidad (y obligación) de hacer las cosas diferentes a las anteriores, aun cuando el reto es mayúsculo.
“El gobierno mexicano se enfrenta a la ardua labor de evitar que los efectos de El Gran Confinamiento se prolonguen por mucho tiempo y esto dañe al mercado laboral, los salarios y se incrementen los niveles de pobreza. Por tal motivo debe impulsar programas no solo de reactivación económica, sino de mayor unidad nacional para dar vuelta a la página lo más pronto posible”, precisa el doctor en economía.
Por ahora, los estragos del Covid-19 ya se perciben. Tan solo en marzo, la pandemia destruyó 130 mil 593 empleos formales en el país, la peor cifra reportada en este mes desde que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene registro.
Al mirar hacia los activos en México, el Financial Times advierte que en marzo los inversionistas sacaron 7 mil millones de dólares del país, convirtiéndose en el mayor monto desde la crisis del 94, debido a que buscan opciones más seguras.
Una luz en el horizonte para la economía
A pesar de que las proyecciones del FMI advierten que la pandemia afectará a todas las regiones del mundo, al mirar hacia el 2021, los números son más alentadores.
En el escenario base, en el que la curva de contagio se aplane en el segundo trimestre del 2020 y que las medidas de contención se replieguen de manera gradual, la economía global crecerá 5.8 por ciento el próximo año. En el caso de México, el PIB tiene la oportunidad de lograr un repunte de 3.0 por ciento, sin embargo, se trataría de una recuperación parcial que dependerá de las políticas que implementen los gobiernos.
José Luis de la Cruz insiste en que las acciones de política económica tienen que ponerse en marcha porque mientras más tiempo pase la afectación será mucho mayor y las posibilidades recuperación más lentas.
“No se debe abandonar la batalla por intentar que la economía mexicana sufra lo menos posible con esta recesión porque si bien los frutos no se verán este año sí permitirán acelerar la recuperación en el 2021 y 2022”.