¿Dinero del narco?  Esto sabemos en torno al cuestionado aumento de remesas

El incremento del envío de dinero al país por parte de los trabajadores mexicanos en el extranjero ha sido objeto de análisis por considerar que podría tener una procedencia ilícita, sin embargo, la realidad económica tiene una explicación diferente al respecto
Gabriel Nava Gabriel Nava Publicado el
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El argumento que señala al lavado de dinero como una de las actividades que impulsan el crecimiento reciente de las remesas enviadas a México carece de un entendimiento más profundo de ese fenómeno económico, consideran investigadores y analistas.

México es el segundo receptor de remesas más grande del mundo, de acuerdo a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con ellas se beneficia a casi cinco millones de hogares en el país.

Considerar que uno de los principales motivos del incremento de los flujos de remesas hacia el país es el uso de estas transacciones para propósitos del crimen organizado implica ignorar el aumento de la actividad económica en Estados Unidos (EU) luego de la pandemia y su impacto en el ingreso migrante, así como el mayor esfuerzo que estos han hecho para apoyar a sus países de origen, explica Jesús Cervantes, director de estadísticas económicas del Centro de Estudios Latinoamericanos Monetarios (CEMLA).

En marzo de 2023 la organización civil Signos Vitales señaló que, a partir del uso de las remesas, la delincuencia ha encontrado un mecanismo para poder transferir sus ganancias al territorio nacional, cuestión que explicaría 7.5 por ciento del envío de remesas a México en 2022.

No obstante, la reactivación económica de Estados Unidos, una vez concluido el punto más álgido de la pandemia, generó un estímulo que ayudó a que el envío de transferencias económicas al extranjero no se viera afectado; incluso el Departamento del Tesoro de Estados Unidos enfatiza que, producto de las medidas implementadas para la reapertura, la economía estadounidense es ahora cinco por ciento más grande que en 2019, señala el director de estadísticas económicas del CEMLA.

Lo anterior explica el hecho de que migrantes de diversas partes del mundo asentados en Estados Unidos y particularmente los provenientes de América Latina y el Caribe, realizarón un mayor esfuerzo económico por apoyar a sus familias en sus países de origen, como documenta el Centro de Estudios y donde se observa que la comunidad guatemalteca, por ejemplo, llega a enviar a su país poco más de la mitad de todo lo que gana.

“Además, todo esto (el aumento en el envío de remesas) ocurrió después de varios años en que el ingreso de los grupos migratorios en Estados Unidos había estado creciendo, entonces, la economía de los migrantes había mejorado antes de la pandemia. De hecho, tenían mejor situación económica, mejores niveles de ahorro, y su empleo no cayó tanto al trabajar en sectores productivos donde la pandemia pegó menos”, explica Cervantes.

Por otro lado, el equipo de análisis BBVA Research considera una exageración relacionar el crecimiento del flujo de remesas hacia el país con su uso para el envío de dinero proveniente de actividades ilícitas, esto a partir de un análisis del fenómeno económico donde advierten diversas equivocaciones en la relación remesas y lavado de dinero.

Entre estas equivocaciones señalan la existencia de un sesgo de información al centrarse únicamente en el caso mexicano y no considerar el comportamiento de las remesas en el resto de países de la región, ignorar la fortaleza del mercado laboral estadounidense que ha incorporado a la mano de obra migrante y obviar la vinculación histórica de la economía de Estados Unidos a la mexicana.

“Consideramos que la logística para organizar a las personas para recibir micro transferencias de dinero, que en promedio oscilan entre los 300 y 400 dólares por operación en las remesas, es muy compleja e ineficiente. Es muy probable que las personas vinculadas a actividades ilícitas tengan medios más sofisticados para transferir recursos”, señala BBVA Research.

Reconocer el fenómeno

“En todas las actividades económicas existen cosas irregulares, también en remesas, pero la proporción cuestionable del recurso en dichas transferencias monetarias es insignificante respecto al monto total que recibe México”, puntualiza el director de estadísticas del CEMLA.

Aunque no se puede descartar que un medio como las remesas que llegan al país pueda ser utilizado para poder cruzar recursos económicos de procedencia ilícita, la magnitud de lo que se puede llegar a mover por ese medio contrasta ampliamente con los montos que se llega manejan en medios de comunicación, coinciden investigadores, analistas y funcionarios relacionados con el tema.

Incluso, organismos como el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) han realizado recomendaciones para que las autoridades mexicanas mejoren en aspectos jurídicos, tecnológicos y administrativos para combatir el lavado de dinero, delito que genera mayor preocupación entre diversas corporaciones de seguridad alrededor del mundo, según la Organización Internacional del Policía Criminal (INTERPOL).

Por lo tanto, el monitoreo de las remesas queda como un pendiente más en un país donde el ingreso por envíos de dinero desde el extranjero lleva más de una década de crecimiento ininterrumpido y donde el recurso que llega cada año equivale a cuatro puntos porcentuales del Producto Interno Bruto del país.

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