Las predicciones del mercado se quedaron cortas y durante el tercer trimestre del año, la economía mexicana registró un sorpresivo crecimiento de 1.03 por ciento en comparación a los tres meses previos, de acuerdo con información oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La agencia Reuters, por ejemplo, estimaba un crecimiento de julio a septiembre de 2022 de 0.6 por ciento y Monex pronosticó un avance de 0.8 por ciento trimestral.
A tasa anual el trimestre de julio a septiembre de este 2022 registró un avance de 4.3 por ciento. Monex apunta que con el incremento que se observó, el PIB alcanza 18.54 billones de pesos, que es el mismo nivel del cuarto trimestre de 2019, es decir, previo al desplome que se registró por las medidas de confinamiento establecidas en 2020 para tratar de contener los contagios de COVID-19.
En las actividades primarias, es decir, aquellas que integran la agricultura, cría y explotación de animales, aprovechamiento forestal, pesca y caza; se observó un crecimiento de 1.8 por ciento en comparación al trimestre anterior y en su variación anual de 3.5 por ciento. Las actividades enfocadas a la industria de la minería, manufactura, construcción y electricidad; presentaron un aumento de 0.9 trimestral y 4.0 por ciento anual. En tanto que las actividades de servicios avanzaron 1.2 por ciento en comparación con los tres meses anteriores y 4.3 por ciento a tasa anual.
“Desde una perspectiva sectorial, el desempeño fue bueno entre los tres grandes grupos de la economía, pero los servicios y las actividades primarias fueron los elementos que más contribuyeron a la sorpresa positiva. Este es un indicio, de la fortaleza en la tendencia, pues las alzas han sido generalizadas y el incremento en los servicios refleja que la salud del mercado interno es óptima”, detalló Monex en su análisis diario.
En tanto que señaló que para el caso de la industria los resultados no fueron tan sorprendentes como en los sectores primarios y terciarios debido a que la construcción ha representado un lastre para el sector.
Este avance ligero de la economía mexicana está relacionado, en gran medida, con el aumento de las exportaciones y la Inversión Extranjera Directa (IED) que ha detonado en el país por el nearshoring, un proceso de relocalización de empresas con un enfoque de distribución y producción más regional que global.
“Se observa un gran movimiento de inversiones extranjeras en México, unos entran buscando la oportunidad del nearshoring, pero otros están saliendo por la incertidumbre”, señaló Gabriela Siller, directora de análisis económico financiero de Banco Base, durante una conferencia de prensa para hablar de las perspectivas económicas del país.
En ese sentido advirtió que aunque las perspectivas de avance del PIB tienen un mejor panorama aún no se puede afirmar que el país se encuentra en una senda de crecimiento.
Datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) apuntan que México tiene el potencial más alto para beneficiarse del proceso del nearshoring que podría generar potenciales ganancias hasta por 35 mil millones de dólares, equivalente a 2.66 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), derivado de nuevas exportaciones de mercancías.
De hecho, en julio de este año el Gobierno federal anunció que el BID otorgaría una línea de crédito de 200 millones de dólares para facilitar la relocalización de las empresas extranjeras en cualquier parte de México aunque se dará prioridad al sureste del país.
Pendientes a inflación a pesar de indicadores de economía mexicana
El costo de los productos y servicios registrado durante la primera quincena de octubre de este año, también fue uno de los indicadores que generaron sorpresa en el mercado por registrar una ligera disminución.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se sitúo en 8.53 por ciento anual, una cifra que quedó por debajo del 8.64 por ciento que se registró durante la segunda quincena de septiembre, de acuerdo con los datos aportados por el INEGI.
El consenso del mercado era que la inflación para los primeros quince días del décimo mes del año sería de 8.62 por ciento. Con estos datos se podría sugerir que se ha superado el pico de inflación de los últimos dos meses, advirtió Rafael De la Fuente, Economista en Jefe para América Latina de UBS.
Sin embargo, la disminución en la inflación general ha sido tomada con cautela debido a que la inflación subyacente, es decir, el subconjunto de precios que no están sujetos a la estacionalidad o alta volatilidad, fue ligeramente mayor a la esperada con 8.39 por ciento a tasa anual y 0.42 por ciento a tasa quincenal.
“Al contrario de la general, este indicador superó las expectativas de 0.34 por ciento del consenso y si se anualiza el resultado, la tasa equivalente asciende a 10.71 por ciento anual. De esta manera, el subyacente acumula 42 alzas en las últimas 45 quincenas, con lo que sigue siendo el foco principal de riesgos para la actual espiral inflacionaria”, apuntó Monex cuando se dio a conocer el dato.
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