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Para Miguel Ángel Jiménez Godínez, director general adjunto de Banca Social del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), el presunto desvío de recursos para los damnificados de los sismos de septiembre de 2017 mediante la duplicidad de tarjetas es una “leyenda negra” que está dispuesto a desmentir.
Para reafirmar sus dichos, el doctor en Economía Urbana y Regional abrió el corazón de Bansefi: la bóveda del banco. En la gaveta 66 se encuentran las tarjetas duplicadas, una cerradura y ocho sellos firmados por un notario impiden que cualquier persona tenga acceso a ellas.
El dinero de las cuentas duplicadas, explica, se encuentra ya con los damnificados y en la Cuenta Concentrada del Fideicomiso Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
“Se entiende que en este momento quieran hacer hacer historias y leyendas negras de desvíos de recursos, pues, son momentos electorales”, comparte el directivo en entrevista con Reporte Índigo.
Tras los sismos de septiembre, se han entregado el 94 por ciento de las tarjetas de apoyo a la población afectada, de acuerdo con datos de Bansefi hasta febrero.
El equipo de las más de 200 personas que trabajaron en conjunto con la Secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), presidencias municipales y miembros de seguridad pública recorrieron más de 50 mil kilómetros para entregar la ayuda. Ni la falta de infraestructura, ríos, carreteras dañadas, lluvia o sol los detuvo.
Además, los encargados de distribuir las tarjetas se enfrentaron a comunidades fantasma y a mucha tensión durante su misión.
“Fue una experiencia muy profunda y sumamente dolorosa porque la gente que ya vive en la desgracia y en la pobreza está sometida a esta doble tragedia. La población más vulnerable enfrenta la pérdida de sus viviendas, pero, también la de su familia. Es muy dramático”, lamenta Jiménez Godínez al compartir su experiencia personal durante los recorridos por las zonas de desastre.
El director adjunto relata que, horas después de los sismos que remecieron a México, los dueños de negocios comenzaron a cerrar comercios con lo que una a una las comunidades se fueron quedando solas. Sin embargo, cuando los recursos del Fonden llegaron y el proceso de reconstrucción inició, la economía en las localidades volvió a activarse.
El directivo comparte que uno de los principales retos a los que se enfrentaron fue que en la interacción con las personas afectadas hubo mucha tensión, ya que, en un principio, no todos fueron censados, por lo que no recibieron recursos al mismo tiempo.
“No fue un trabajo fácil. La interacción con las víctimas fue con una permanente tensión”, manifiesta Jiménez Godínez.
Pese a las dificultades, los empleados de Bansefi apoyaron a 171 mil 784 damnificados, 65 por ciento por daños parciales y 35 por ciento por pérdidas totales, a través de la entrega de más de 9 mil millones de pesos.
Para lograr este impacto, y que los recursos llegaran con prontitud a los damnificados, el gobierno federal eligió a la institución, debido a que cuenta con una sólida estructura que ha construido a lo largo de varios años por la entrega del recurso a los beneficiarios de programas sociales.
Error en el censo
Miguel Ángel Jiménez explica que, hasta antes de los sismos, la clasificación de los daños se dividía en tres: daño parcial menor, daño parcial mayor y pérdida total. Este mismo criterio se utilizó para clasificar a las viviendas afectadas durante los cinco días posteriores a la emergencia.
Asimismo, el directivo detalla que desde el día uno se instaló un grupo de trabajo que tuvo la misión de obtener de manera inmediata el primer padrón a través del levantamiento de un censo.
Los primeros cinco días operaron de acuerdo a la regla vigente hasta ese momento, declara el director general adjunto y puntualiza que “con cierta discrecionalidad los que levantaban el censo decían ‘bueno, vamos a darle dos folios o tres folios’ porque es una vivienda que vale mucho, ya que la norma hablaba entonces de montos máximos de apoyo”.
El entrevistado dice que esto se tuvo que rectificar una vez que terminó la etapa de ‘Apoyos Parciales Inmediatos’. El problema se resolvió clasificando los daños y repartiendo dos cantidades de dinero: 15 mil y 120 mil pesos.
Los recursos se entregaron sólo a un integrante de la familia, a pesar de que tuviera más viviendas o el daño del inmueble superara el monto máximo de lo entregado.
El director general adjunto de Banca Social asegura que esto derivó en la duplicidad de folios de los beneficiarios, ya que esos datos correspondían a las personas censadas durante los primeros cinco días, mismas a las que se les abrieron cuentas bancarias con tarjetas.
Durante todo el tiempo de entrega de las tarjetas, se hicieron procesos para las debidas actualizaciones y correcciones
“Esos folios múltiples correspondientes a las mismas personas se dieron durante los primeros cinco días de los levantamientos de los censos que dieron lugar a los padrones, se corrigió y en todo momento se hizo acompañar todo el proceso de Sedatu. Nosotros somos solamente la ventanilla”, argumenta Jiménez Godínez.
Otra razón por la que aparecían varios folios a nombre de una misma persona se debe a que las zonas rurales de México es costumbre que el jefe de familia, dueño de un predio único de grandes dimensiones, entrega una parte del mismo a sus familiares (hijos, nietos, sobrinos) para que con el título de dueños puedan construir una nueva vivienda. Pero, el predio sólo aparece sin fraccionar a nombre del jefe de familia.
Esto quiere decir que donde había más de un jefe de familia, el folio del censo fue registrado de manera múltiple con un mismo nombre, esto se rectificó en varias ocasiones para cumplir con la norma de otorgar no más de un apoyo por hogar.
Otro de los argumentos de Jiménez Godínez para hacer frente a las acusaciones por supuesto desvío de recursos es que el trabajo realizado para la entrega de recursos se realizó entre varias instituciones y gobiernos estatales y municipales.
“Si existiera algún desvío por parte de Bansefi o de Sedatu sería dinero que tendrían que aportar los gobernadores a través de sus secretarías de finanzas. Es difícil que un gobernador permita que haya un desvío primeramente por la pluralidad democrática de los estados que estamos atendiendo. Contamos con toda la transparencia y certidumbre, además de que tenemos el completo conocimiento del origen y destino de cada uno de los pesos dirigidos a las viviendas de los damnificados por los sismos de septiembre”.