La industria aérea mexicana trata de levantar el vuelo luego de que la pandemia por COVID-19 la mantuvo volando bajo durante varios meses, pero dos aerolíneas siguen sin poder despegar: Interjet y Aeroméxico.
La disminución de vuelos debido a las medidas de confinamiento fue la gota que colmó el vaso para las mayoría de las aerolíneas mexicanas que ya presentaban problemas financieros en años anteriores, pero sobre todo con Interjet, por el conflicto con el gobierno de la Cuarta Transformación debido a sus adeudos fiscales; y Aeroméxico, que se adhirió al capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos.
De enero a octubre de 2020 las empresas mexicanas de aviación registraron una disminución de 49.9 por ciento en el transporte de pasajeros, de acuerdo con datos de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC). Situación que han enfrentado sin ningún apoyo o plan de rescate gubernamental.
El constante aumento de la turbosina, el principal insumo operativo de las empresas aéreas; el encarecimiento de los costos de los servicios aeroportuarios y la disputa por las 10 rutas más rentables del país entre las aerolíneas mexicanas, han sido los principales factores que se acumulaban en la adversa situación de la industria antes de que la pandemia de COVID-19 provocará una caída estrepitosa en la demanda de estos servicios, apunta Fernando Gómez, analista independiente del sector aeronáutico y aeroportuario.
Gómez también señala que diversas aerolíneas emprendieron una batalla de ofertas “depredatorias” en tarifas con el objetivo de incrementar la demanda y ganar mercado, pero que al mantenerse por mucho tiempo no resultaban rentables.
“Se presentaron cifras récord en la historia de la aviación de hasta más de dos dígitos. El incremento anual en el movimiento de pasajeros fue de más de 10 por ciento por tres o cuatro años consecutivos, pero a la luz de los hechos esto no se reflejó en el incremento de las ganancias de las aerolíneas por lo mismo que no eran rentables, iban vuelos llenos pero no eran rentables”, explica el especialista.
Sin embargo, este panorama adverso pudo mantenerse debido a que las empresas contaban con capacidad financiera, elemento que la restricción de vuelos y movilidad social por la pandemia aniquiló.
Además de la obligación de cumplir con el pago de nóminas a su personal y el mantenimiento de su flotilla, estas empresas enfrentan los compromisos de pago de aeronaves adquiridas en años anteriores.
En ese sentido, el horizonte de la recuperación se ve lejano pese a los esfuerzos por incrementar el número de viajeros.
Previo a la bancarrota
Esta aerolínea, que cuenta con 24.8 por ciento de la participación de mercado de las empresas aéreas nacionales, inició en junio de este año un proceso voluntario de reestructura financiera bajo el Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos con el objetivo de fortalecer su liquidez.
De acuerdo con documentos de la empresa publicados por Reporte Índigo, Aeroméxico ha estado aplicando un “plan de eficiencia”, para hacer recortes de personal y disminuir sus condiciones laborales en recontrataciones.
El Tribunal de Bancarrota del distrito Sur de Nueva York señala que la empresa tendría que finiquitar a 616 auxiliares de vuelo en la compañía de una planta de dos mil 727 plazas y 150 sobrecargos de Aeroméxico Conect (AMC), cuya planilla completa es de 647.
“Se trata de un recurso mercantil válido y muchas aerolíneas se han acogido a este recurso y han podido salir adelante, no necesariamente es el preámbulo de la quiebra”, afirma Gómez.
Viejos adeudos
El juicio colectivo por el inclumplimiento en vuelos vendidos que enfrenta Interjet, que actualmente está en manos de Alejandro del Valle, y las advertencias de la Profeco a los usuarios de vuelo para evitar adquirir sus boletos, es el menor de sus problemas.
La empresa enfrenta presiones por parte del Servicio de Administración Tributaria (SAT) para el pago de sus adeudos generados por omisiones cometidas desde 2013 no sólo al fisco, sino con proveedores y la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Aunque las autoridades fiscales y representantes de Interjet han tratado de llegar a un acuerdo para el pago de los adeudos hasta el momento no hay avance en ninguna propuesta.
De hecho existe un proceso conocido como “intervención de caja” en la que un interventor ajeno a la empresa y el gobierno vigila los ingresos y gastos de la empresa sobre todo para asegurar el pago de la nómina.