Le costó décadas convertirse en lo que hoy es. La Comisión Reguladora de Energía (CRE) lucha por subsistir, ya que los recortes masivos de personal en áreas estratégicas provocarán que se convierta en un órgano inoperante en poco tiempo.
El último golpe al regulador fue el despido de casi 200 trabajadores con el pretexto de reducir costos a causa de la pandemia. No es la primera vez que ocurre esta situación.
A finales de 2018, la comisión liquidó a dos terceras partes de su personal, equivalentes a 367 plazas eventuales por la reducción en su presupuesto del siguiente año. En 2019 recibió 248.3 millones de pesos, en contraste con los 346 millones del anterior paquete económico.
Dos trabajadores de alto nivel que fueron despedidos esta semana accedieron a hablar con Reporte Índigo bajo la condición de cambiar sus nombres para proteger su identidad.
Jorge lamenta las condiciones por las que atraviesa el organismo, pues cree que su desmantelamiento se está maquillando con el discurso de proteger la soberanía nacional cuando es evidente que existen otros intereses de por medio.
“Al actual gobierno no le gustan los órganos autónomos y el presidente se siente intocable porque tiene todo el poder, aunque se le olvida que los cargos no son para siempre”, dice.
Laura, por su parte, asegura que los recortes de personal buscan debilitar al regulador para que en dado momento su existencia no pueda justificarse.
La intención es clara: quieren dejar a la CRE sin herramientas para defenderse tal vez para que en algún momento la puedan convertir en un órgano desconcentrado de la Secretaría de Energía
Presiones a la CRE desde arriba
Hace poco más de un año, Guillermo García Alcocer presentó su renuncia al cargo de comisionado presidente de la CRE, debido a que consideraba que tenía una visión diferente a la de los nuevos integrantes en el organismo.
“Cuando salió García Alcocer nunca nos imaginamos que se iba a vivir un cambio tan drástico, pero fue muy notoria la línea que traían los comisionados. Con los recortes masivos parece que solo quieren dejar a las personas que se alinean al gobierno”, detalla el extrabajador.
Los recién llegados al pleno de la comisión fueron Norma Leticia Campos, Guadalupe Escalante, José Alberto Celestino y Luis Linares Zapata. Sin embargo, la mayor crítica va dirigida hacia el actual presidente de la CRE, Leopoldo Vicente Melchi García, quien tomó las riendas en octubre de 2019, a pesar de carecer de experiencia en el mercado de electricidad, gas y gasolina.
“Ya no era agradable ni daba orgullo trabajar en ese lugar, se volvió frustrante estar con superiores que no comprendían su labor. Lamentablemente el desempeño de los comisionados evidencia que toman decisiones sin conocimiento de causa y que el comisionado Melchi García sirve a las instrucciones de la secretaria Nahle”, comenta la extrabajadora.
Los consentidos
Las atribuciones del regulador cambiaron con el paso del tiempo por modificaciones a leyes en su estructura. En la actualidad debe impulsar el desarrollo eficiente de la industria, promover la competencia y proteger a los usuarios del sector.
Sin embargo, sus exempleados aseguran que desde la llegada de los nuevos comisionados esto no se cumple. Por principio, las sesiones del Órgano de Gobierno dejaron de ser tan frecuentes y los temas atañen principalmente a Pemex y CFE, ambas Empresas Productivas del Estado (EPEs).
“Es muy curioso que en la comisión se preparan temas y al momento de sesionar solo pasan los relacionados con Pemex y CFE. Es evidente que la Comisión Reguladora de Energía está trabajando para apoyar a las EPEs”, comparte Jorge.
En 2019, el pleno del regulador aprobó una pórroga a la petrolera por cinco años para que pudiera cumplir con una norma sobre diésel limpio, mientras que en enero de este año revirtió una medida que impedía a la empresa dirigida por Octavio Romero Oropeza fijar de manera libre los precios de venta de primera mano de hidrocarburos a sus competidores.
La última aprobación favoreció a la CFE, ya que se le permitió elevar 800 por ciento sus tarifas a los generadores privados que se instalaron en territorio nacional.
Los extrabajadores denuncian que los últimos acuerdos que se aprobaron benefician solo a Pemex y CFE
El último recorte de personal se suma a otros que ocurrieron en el pasado, pero esta vez Laura asegura que la indignación es más grade porque fue en medio de una crisis sanitaria y cientos de familias se quedaron sin su principal fuente de ingresos.
“No tuvieron la sensibilidad ni la empatía de ver por las necesidades de la gente que trabajaba ahí. Muchos de ellos tienen hijos y son el sustento de sus hogares, el mercado laboral está parado y es un hecho que no todos encontrarán un trabajo pronto”.
