Débil escudo contra ciberataques, reto global
Cada vez somos más dependientes de los procesos digitales para organizar nuestra vida, sobre todo desde el año del Gran Confinamiento, pero esta dependencia podría estar generando serios riesgos a escala global
María Fernanda NavarroEn mayo del 2021 se detuvo el abastecimiento de crudo por parte de una de las redes de oleoductos más importantes de Estados Unidos conocida como Colonial Pipeline por ciberataques.
Se trató de un evento que no generó escasez de crudo, pero que sí encendió las alarmas del gobierno de Joe Biden y organismos internacionales, toda vez que el paro fue provocado por un grupo de ciberdelincuentes que encontraron agujeros en la seguridad de los sistemas informáticos y exigieron un pago a cambio de desbloquearlo.
El anterior es sólo uno de tantos relatos de ataques a la seguridad cibernética que sirve para ilustrar la latente amenaza que representan los ciberataques en un mundo cada vez más dependiente de los procesos digitales. De hecho, estos delitos se encuentran entre los diez riesgos globales que se han acentuado desde que el mundo y sus dinámicas se modificaron por la pandemia de COVID-19, de acuerdo con el Reporte de Desafíos Globales 2022 elaborado por el Foro Económico Mundial.
A través de una encuesta realizada por este organismo a más de mil expertos y líderes mundiales que identificaron los riesgos más severos en escala global, las fallas de ciberseguridad tuvieron un incremento en su riesgo de 12.4 por ciento comparado con los años previos a la pandemia.
La preocupación, en gran medida, deriva de que no sólo los ataques se están volviendo más agresivos y generalizados, sino que los delincuentes están utilizando tácticas de presión más duras y persiguiendo objetivos como los servicios públicos, sistemas de salud y empresas que tienen gran cantidad de datos.
El reporte advierte que estos ciberataques son específicamente orientados a actores de la sociedad como periodistas y activistas de derechos humanos de todo el mundo, por mencionar algunos, lo que ya ha generado retrocesos políticos e industriales, mismos que podrían conducir a daños financieros, sociales y reputacionales severos en el futuro, esto gracias al uso de tecnologías sofisticadas.
Ejemplos de este tipo de ciberataques sobran. La organización apunta a casos como el de ciberdelincuentes que clonaron la voz de un director de una empresa para autorizar la transferencia de 35 millones de dólares a cuentas fraudulentas, o los mercados cada vez más crecientes enfocados en manipular la opinión pública a favor de sus clientes, además de hacer aún más fáciles los fraudes bancarios.
Pero tratar de combatir estos delitos generará un incremento en el costo de sus defensas para todo tipo de empresas y usuarios de servicios digitales, y será particularmente desafiante para las pequeñas y medianas empresas que podrían destinar hasta cuatro por ciento de su presupuesto operativo en seguridad en comparación con negocios más grandes que podrían gastar entre el uno y dos por ciento de sus recursos, calcula el organismo en este reporte.
De hecho, los precios de los seguros cibernéticos aumentaron durante 2021 un 204 por ciento comparado con el año previo.
Agregado a este panorama, actualmente se reporta una seria escasez de profesionales de ciberseguridad que puedan encabezar soluciones en esta materia, generar sistemas de seguridad y enfocar el discurso hacia la importancia de la “higiene digital” de las personas. El Foro Económico Mundial calcula que esta brecha en la cantidad de profesionales en seguridad digital es de aproximadamente tres millones en todo el mundo.
Los más vulnerables ante ciberataques
Si bien los ataques cibernéticos a gran escala y con objetivos como entes públicos, sistemas de salud o grandes empresas son ejemplos de cómo podrían paralizar a la sociedad estas actividades delictivas, el reporte también recuerda que entre los más vulnerables están los ciudadanos para los que los sistemas digitales resultan una experiencia nueva.
La inseguridad digital afecta sobre todo al 40 por ciento de la población que aún no tiene acceso a internet, por considerar que ya viven una desventaja.
De acuerdo con un estudio global de Norton, el programa de antivirus, entre mayo de 2020 y mayo de 2021 se registraron 328.5 millones de delitos a consumidores digitales, y entre los tres más comunes se encuentra la detección de software malicioso en computadoras, smartphones, tabletas o Wi-fi; el acceso no autorizado en una cuenta de correo electrónico o el acceso no autorizado en una cuenta de redes sociales.
Por ello, el Fondo Monetario Internacional hace un llamado a generar líderes enfocados en temas de seguridad cibernética y mantener un enfoque de alto nivel de estos riesgos.
“En una sociedad profundamente conectada, la confianza digital es la moneda que facilita la innovación y la prosperidad futuras… A menos que actuemos para mejorar la confianza digital con iniciativas intencionales y persistentes de fomento de la confianza, el mundo digital seguirá a la deriva hacia la fragmentación y la promesa de una de las eras más dinámicas del progreso humano puede estar perdido”, detalla el informe.