Dan poco crédito a las empresas

Las empresas mexicanas cuentan cada día con menos créditos bancarios. De acuerdo a la última encuesta realizada por el Banco de México (Banxico) sobre la evolución de financiamiento a empresas, se redujo el número de negocios que cuentan con un crédito otorgado por un banco.

La principal fuente de financiamiento de las empresas mexicanas no son los bancos, si no los mismos proveedores que abren líneas de crédito con sus clientes. 

Alejandro Dabdoub Alejandro Dabdoub Publicado el
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Leyes del sistema financiero se planean modificar con la iniciativa
La iniciativa de reforma financiera plantea modificar 34 leyes del sistema financiero, pero aún con eso, legisladores del PAN y PRD consideran que se queda muy corta para las necesidades actuales
http://youtu.be/dGGuM0E8tpw

Las empresas mexicanas cuentan cada día con menos créditos bancarios. De acuerdo a la última encuesta realizada por el Banco de México (Banxico) sobre la evolución de financiamiento a empresas, se redujo el número de negocios que cuentan con un crédito otorgado por un banco.

La principal fuente de financiamiento de las empresas mexicanas no son los bancos, si no los mismos proveedores que abren líneas de crédito con sus clientes. 

Mientras que el 85.5 por ciento de las empresas cuentan con un préstamo con sus proveedores, solo el 36.8 por ciento recurre a la banca comercial.

Dentro de la comparación trimestral de Banxico se aprecia una disminución en los créditos que la banca otorga a empresas. 

La razón principal de la caída radica en que las empresas prefieren no solicitar créditos a los bancos debido en parte a las malas condiciones del sistema financiero en el país.

El principal objetivo de la reforma financiera impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto ha sido cambiar las condiciones actuales del mercado para impulsar el crédito. 

Mediante el abaratamiento del crédito y el aumento de la competencia el gobierno federal pretende estimular el crecimiento económico.

Sin embargo, diversos especialistas han señalado que el alcance de la reforma es muy limitado y las propuestas del ejecutivo no garantizan llegar a su objetivo. En ese sentido, se ha señalado que la iniciativa no propone una reestructuración del sistema financiero, por lo que los cambios no afectarán el fondo de los problemas que agobian a los mexicanos.

En comparación con otros países, el Banco Mundial señala que Brasil tiene un nivel de crédito bancario tres veces superior al de México y un financiamiento bursátil cuatro veces más grande. 

A pesar de que sí se ha registrado una expansión del crédito en los últimos años, su nivel continúa siendo poco relevante para los niveles de nuestra economía.

La concentración del sistema financiero mexicano es uno de los problemas clave. Aproximadamente el 70 por ciento del mercado de las Afores es controlado solo por cuatro empresas, Banorte, Banamex, Sura y Profuturo. 

También han dejado de operar 34 sociedades de inversión que representan casi la mitad de las autorizaciones que otorga la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) donde Banamex y Bancomer controlan el 60 por ciento del mercado. 

Como efecto de lo anterior, los bancos locales prestan cada vez más una mayor proporción de sus activos. El problema es que este tipo de fondeo por parte de los bancos pequeños suele ser más caro y representa un mayor gasto para los particulares.

Problemas del sistema

La iniciativa de reforma financiera plantea modificar 34 leyes del sistema financiero. La semana pasada fue turnada a las comisiones respectivas de la Cámara de Senadores donde no se realizaron modificaciones al proyecto de los diputados.

La oposición dentro del PAN y PRD ya levantó la voz en contra de la reforma, pues consideran que se queda muy corta para las necesidades del sistema financiero en México. A continuación se presentan las principales omisiones de la iniciativa de Enrique Peña Nieto:

Crédito al consumo: a pesar de que se consolida como el más grande tipo de financiamiento en el país, la reforma financiera no aborda este tema en ninguno de sus apartados.

Préstamos gubernamentales: las personas y negocios que buscan crédito seguirán compitiendo directamente contra el gobierno, a quien los bancos prefieren prestar dinero porque cuentan con mejores garantías. En vez de proponer una especialización de productos financieros, la reforma permite la acaparación de préstamos por parte de las autoridades. 

Publicidad engañosa: son pocos los que conocen a fondo el sistema financiero y, debido a promociones tramposas, diversas empresas y particulares suelen terminar con deudas que van más allá de sus capacidades. Los anunciones engañosos seguirán sin estar regulados.

Concentración del sistema: la iniciativa no prevé una reestructuración del sistema que permita acabar con el oligopolio financiero existente. La mayoría de los bancos son extranjeros y se pueden dar el lujo de poner las condiciones que más les benefician.

Banca de desarrollo: no se realiza ningún intento para que esta institución cumpla con su objetivo que es promover el desarrollo.

Tasas límite: el Banco de México señala que las tasas de interés deben ser “razonables”, pero no explica su significado. Por lo tanto los bancos continuarán con la capacidad de establecer cualquier tasa de interés (incluso superior al 100 por ciento) sin recibir algún tipo de sanción.

¿Reforma? financiera

Uno de los principales temas de la reforma es la portabilidad de créditos que busca reducir los costos. Entre más oferta haya de créditos, estos deberán de ser más baratos. Para conseguir lo anterior, se tiene previsto cambiar el marco legal para que exista una mayor portabilidad de créditos. 

Actualmente si un deudor quiere cambiar de acreedor por uno que ofrezca condiciones de financiamiento más favorables, es probable que fracase porque la transacción termina siendo más costosa que el beneficio.

La portabilidad de crédito, o subrogación de acreedor, permite a las personas escoger el crédito más barato que pueda ofrecer el mercado sin la necesidad de comprometerse de manera indefinida con una sola institución.

El problema es que una mayor portabilidad no significa necesariamente una reducción de costos. Facilitar el cambio de acreedores resuelve uno de los problemas del sistema financiero, pero no la enfermedad. En un mercado que es controlado por un oligopolio de extranjeros, las facilidades de la portabilidad hacen poco para reducir el costo a los consumidores.

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