Con los mercados enviando señales mixtas sobre el curso que tomarán los precios del crudo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) está eligiendo actuar con cautela, poniendo en pausa la contratación de coberturas petroleras que aseguren una parte importante de los ingresos fiscales del 2017.
“No hemos anticipado cuándo las vamos a hacer, ni en qué montos, ni bajo qué condiciones para evitar que el mercado se pueda mover en contra nuestra”, dijo esta semana Miguel Messmacher, subsecretario de Ingresos de la SHCP, acerca de las coberturas.
El programa mexicano de coberturas anuales consiste en la compra de opciones, contratos (llamados puts) que otorgan el derecho pero no la obligación de vender una cierta cantidad de barriles de crudo a un precio garantizado.
Esto asegura que el Gobierno recibirá un valor promedio aceptable sobre parte de su exportación petrolera en caso de que los precios del crudo caigan significativamente.
En 2015 México invirtió más de mil millones de dólares entre junio y agosto para asegurar un precio promedio de 49 dólares por barril para 212 millones de barriles de crudo, y obtuvo un pago récord de 6 mil millones de dólares por las coberturas que compró en 2014.
La cautela de la SHCP en este año puede leerse como un indicador de las señales inciertas que los mercados están enviando respecto al curso que tomarán los precios del crudo, particularmente con una importante reunión de productores petroleros en puerta, la cual tendrá lugar en Doha, Catar este domingo.
La ilusión de Doha
Desde que a mediados de febrero se reveló que miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderados por Arabia Saudita, estaban negociando con productores externos como Rusia el congelar su producción en los niveles registrados en enero de este año, el precio del barril de Brent, crudo de referencia internacional, se ha incrementado en casi 40 por ciento.
Este rally en los precios petroleros se ha presentado a pesar de que el acuerdo de congelamiento de producción ha recibido apoyo mixto, cuando no rechazo abierto, por parte de Arabia Saudita, Irán y otros países, y a pesar de que el consenso entre los analistas y corredores es que congelar la producción petrolera en los niveles de por sí históricamente altos registrados en enero no logrará impulsar los precios de este energético.
En consecuencia, este despegue carente de mejoras fundamentales en las condiciones de oferta y demanda del mercado se dio gracias a expectativas de un acuerdo significativo en la reunión de Doha.
Esta lectura se vio confirmada en una carta redactada por Mohammed Al-Sada, ministro de Energía de Catar, dirigida al Ministerio de Petróleo y Energía de Noruega, la cual fue publicada ayer por Bloomberg. El documento indica que el acuerdo preliminar entre Catar, Arabia Saudita, Venezuela y Rusia “ha cambiado el sentimiento del mercado petrolero”, colocando “un piso bajo el precio del petróleo, y se propone continuar construyendo sobre esto al expandir el congelamiento de producción a otros (países)”.
Sin embargo el optimismo de Catar y sus aliados no se ve reflejado en la opinión de los expertos. Analistas de Citigroup indican que debido a la prolongada y alta expectativa que pesa sobre el acuerdo, si las negociaciones fallan el impacto sobre los precios será “bastante severo”, mientras que sus pares en Goldman Sachs ven “un alto riesgo de que la reunión no logre producir algún acuerdo concreto”.
Equilibrio a la vista
A pesar de este pesimismo, la Agencia Internacional de Energía (AIE) pronostica que el mercado global de petróleo “se acercará al equilibrio” en la segunda mitad del año a medida que los bajos precios presionen la producción ajena a la OPEP, como la de Estados Unidos.
La AIE estima que la sobreoferta global de crudo descenderá a 200 mil barriles diarios en la segunda mitad del 2016, comparado con un nivel de 1.5 millones de barriles diarios en la primera mitad del año.
Este cambio optimista en la perspectiva de la agencia indicaría que los precios podrían recuperarse contra lo registrado en los últimos meses.
Para la SHCP, el balance de estas perspectivas optimistas y pesimistas es un proceso complicado. Si el precio que elija para sus coberturas resulta caer por debajo de lo registrado, la inversión no tendrá rendimiento. Pero si prevé que los precios podrían caer significativamente, tendrá que elegir un precio de cobertura aún más bajo que el del año pasado.