60 por ciento de las personas tienen pensamientos discriminatorios sobre la mujer y su rol dentro de la economía y este es sólo uno de los hallazgos de la ONU en el informe Romper los Sesgos de Género. Foto: Especial

¿Crees que los hombres tienen más derecho a trabajar que las mujeres? Más del 40% de la población, sí

Los prejuicios sobre las mujeres tienen una expresión profunda y negativa en la economía, y los grandes pendientes a nivel internacional son dejar de creer que la mujer no es capaz, y darle su espacio en la economía, que por derecho le pertenece

La desvalorización de las capacidades y derechos de las mujeres persiste, lo que alimenta los obstáculos a los que se enfrentan para poder desarrollarse en el ámbito económico.

El mundo no va por buen camino para lograr el quinto objetivo de la agenda 2030 de las Naciones Unidas, que es lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, ya que el arraigo a las creencias machistas que violan los derechos humanos e impiden el desarrollo del bienestar de la mujer se conservan en nueve de cada 10 personas en el mundo.

La dimensión económica no escapa de los prejuicios de género y el sesgo patriarcal, ya que el 60 por ciento de las personas tienen pensamientos discriminatorios sobre la mujer y su rol dentro de la economía, mientras que el 46 por ciento considera que los hombres tienen más derecho al trabajo que las mujeres, de acuerdo con el informe Romper los Sesgos de Género, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Tales prejuicios de género siguen teniendo un impacto directo en la brecha de ingresos entre hombres y mujeres a pesar de mejoras en aspectos como el acceso a la educación, pues incluso en los 59 países donde las mujeres adultas tienen más educación, su ingreso promedio es 39 por ciento menor, revela el informe.

“Los sesgos de género en las normas sociales pueden estar impidiendo el empoderamiento económico de la mujer. La evidencia reciente muestra un vínculo roto entre el acceso de las mujeres a la educación y los logros en el empoderamiento económico. Hoy, las brechas de ingreso promedio entre las mujeres y los hombres se correlaciona de manera más fuerte con las normas sociales de género”, se lee en el informe.

Pocas mujeres líderes

El acceso de las mujeres al mercado laboral en condiciones dignas y con capacidad de acceso a puestos de poder es otro pendiente a escala global; PNUD documentó que a nivel internacional el 70 por ciento de la fuerza de trabajo en el sector salud y de atención social pertenecen al género femenino, sin embargo, solo el 25 por ciento logra ocupar altos cargos y tan solo el 5 por ciento accede a puestos de liderazgo en organizaciones de salud.

El prejuicio a que las mujeres puedan ocupar altos cargos no se limita al sector salud, ya que el informe reporta que 43 por ciento de las personas consultadas consideran que los hombres son mejores para ocupar puestos ejecutivos o de alto mando, dato que concuerda con el hecho de que la proporción de jefas de estado y gobierno a nivel mundial se ha mantenido en 10 por ciento desde 1995.

A la incapacidad para acceder a puestos de liderazgo se suma la dificultad para poder mejorar las condiciones salariales de la mujer. Por ejemplo, una encuesta de la consultoría Deloitte aplicada a más de 14 mil jóvenes adultos de 44 países reveló que 59 por ciento de las mujeres considera muy difícil o imposible poder pedir un aumento en su salario.

Para 2023 la Organización Internacional del trabajo (OIT) prevé que el déficit mundial de empleos entre mujeres sea de 14.5 por ciento, frente al 9.8 por ciento que requieren los hombres, una prueba más de que las afectaciones en el mercado laboral, y la economía en general, impactan primordialmente en ellas.

“Las normas sociales que menoscaban los derechos de las mujeres perjudican también a la sociedad en su conjunto y frenan la expansión del desarrollo humano. De hecho, la falta de avances en las normas sociales de género tiene lugar en medio de una crisis de desarrollo humano”, sostiene Pedro Conceição, director de la oficina del informe sobre desarrollo humano del PNUD.

Mexicanas en pobreza laboral

En el país la situación no es distinta; a pesar de representar un porcentaje mayor de la población total, las mujeres logran acceder al trabajo en una menor cantidad en comparación con los hombres, su sueldo suele ser menor, cuestión que deriva en que una mayor cantidad de ellas se encuentren en condición de pobreza laboral, es decir, cuando el ingreso de una persona no alcanza a cubrir la canasta básica, de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

La desigualdad entre géneros en México tiene su máxima expresión dentro de la dinámica del trabajo doméstico que en su mayoría lleva a cabo la mujer, México ¿Cómo vamos?  registra que las mujeres destinan en promedio 42 horas semanales en tareas del hogar y cuidado, mientras que los hombres solo 19, trabajo que no suele remunerarse.

“La sobrerrepresentación de las mujeres en el trabajo no remunerado tiene como una consecuencia directa que, precisamente, las mujeres no tengan la disponibilidad en tiempo y recursos para ingresar en el mercado laboral, por eso vemos un brecha tan importante entre hombres y mujeres”, explica Axel González, investigador de México ¿Cómo vamos?

La denuncia sobre la desigualdad económica entre hombres y mujeres en el trabajo doméstico es un factor que ya se aborda en los foros que discuten el tema desde una perspectiva de género a nivel internacional.

“Un punto de partida importante es reconocer el valor económico del trabajo de cuidados no remunerado. Esto puede ser una forma muy eficaz de combatir las normas sociales de género respecto a este tipo de ocupación”, explica Raquel Lagunas, directora del equipo de género del PNUD.

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