Cuesta arriba
Las previsiones para la economía mexicana en lo que resta de 2017 no son alentadoras, y los pronósticos apuntan a que registrará la menor expansión en casi una década.
Ayer, el Banco Mundial ajustó el pronóstico de crecimiento a 1.8 por ciento en comparación al 2.8 por ciento que correspondió a su proyección de junio de 2016.
Este movimiento fue por la incertidumbre generada por el presidente electo de Estados Unidos, aunado a la coyuntura interna del país, marcada por el alza en precios a las gasolinas.
Las previsiones para la economía mexicana en lo que resta de 2017 no son alentadoras, y los pronósticos apuntan a que registrará la menor expansión en casi una década.
Ayer, el Banco Mundial ajustó el pronóstico de crecimiento a 1.8 por ciento en comparación al 2.8 por ciento que correspondió a su proyección de junio de 2016.
Este movimiento fue por la incertidumbre generada por el presidente electo de Estados Unidos, aunado a la coyuntura interna del país, marcada por el alza en precios a las gasolinas.
“Luego de dos años de un crecimiento global decepcionante, estamos entusiastas por mejores prospectos en el horizonte”, señaló el Banco Mundial en un comunicado.
También, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) adelantó que la economía mexicana crecerá en 2017 ligeramente por debajo de lo registrado en 2016 que fue de 2.2 por ciento, una cifra inferior al cinco por ciento que necesita el país para reducir la inequidad.
El organismo presentó el estudio económico de México 2017, donde resaltó que la economía tendría que crecer cinco por ciento de manera sostenida, el doble de la tasa actual, para reducir la desigualdad de ingreso y oportunidades.
“Las ambiciosas reformas estructurales y las sólidas políticas macroeconómicas han asegurado la resistencia de la economía, sumamente abierta, ante las desafiantes condiciones mundiales, sin embargo, el crecimiento no ha sido suficiente e incluyente, para lograr mejores condiciones de vida para muchas familias mexicanas”, apuntó el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, en una conferencia de prensa conjunta con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
Pese al optimismo del organismo, la disciplina fiscal continúa siendo fundamental para que el peso no se siga depreciando, porque si el gobierno cumple con el superávit primario, y si los ingresos adicionales se convierten en pago de deuda y no en más gasto, entonces la moneda mexicana podría detener el espiral de pérdida de valor.
El problema es que, el plan de austeridad que pretende fortalecer los fundamentos fiscales del país no ha podido ser consolidado en los últimos dos años.
Sorprende Banxico
La semana pasada, el Banco de México sorprendió con la venta directa de dólares, que en las dos operaciones alcanzó 2 mil millones de dólares, lo cual no contuvo la volatilidad en el tipo de cambio y fue calificado como una intervención con poco efecto.
Sin embargo, el mercado anticipa que el instituto central podría volver a vender dólares si la paridad alcanza un nivel cercano a 21.60 pesos por dólar o frente a cualquier señal de una depreciación desordenada-
Las autoridades monetarias no esperan defender un nivel del tipo de cambio. En ese sentido, analistas argumentan que la volatilidad permanecerá hasta que no se eliminen las dudas de la política que implementará el gobierno de Donald Trump, en particular las que amenazan al modelo de crecimiento basado en las exportaciones, ya que el 80 por ciento de las ventas al exterior de México se destinan a Estados Unidos.
Las recientes ventas de dólares no han sido suficientes para apoyar la moneda mexicana. Ayer, el tipo de cambio alcanzó 22.10 pesos por dólar en ventanilla de bancos. Mientras tanto, las reservas internacionales disminuyen y los expertos esperan que Banco de México eleve su tasa de interés de referencia en su reunión de febrero.
Inflación en ascenso
La depreciación del peso se ha reflejado en mayores precios al consumidor, de tal manera que la inflación esperada para 2017 se encuentra fuera del rango objetivo del banco central.
Arturo Vieyra, analista de Citibanamex, apuntó que, durante 2016, la inflación registró un moderado pero continuo ascenso debido al impacto de la debilidad del peso frente al dólar y la mayor fortaleza del mercado interno.
Para enero de 2017 estimó un ascenso más acentuado del alza en precios, por el aumento en los precios de energéticos como la gasolina, gas LP y la electricidad, lo cual se sumará a la depreciación del peso.
Por eso, reiteró la expectativa de un aumento de la inflación general de 5.0 por ciento para el cierre de 2017.
Señal de deterioro
Desde que concluyó el proceso electoral en Estados Unidos, el peso se ha depreciado 16.8 por ciento en relación al dólar. La pérdida de valor de la moneda mexicana refleja la vulnerabilidad del modelo de crecimiento mexicano, basado en las exportaciones, frente a las amenazas proteccionistas del presidente electo, Donald Trump.
Recorte tras recorte
La reducción de las proyecciones de crecimiento de la economía mexicana se ha convertido en una constante. Se espera que el producto interno bruto del país se expanda a una tasa menor a su tendencia de largo plazo. Esto no sólo es un reflejo de la incertidumbre que supone la administración de Trump, sino que significa un reto para el mejoramiento de los niveles de déficit fiscal y deuda pública, dos variables clave para el balance macroeconómico.
Historial negativo
Año con año, las proyecciones de deuda pública de los Criterios Generales de Política Económica de la Secretaría de Hacienda se han modificado al alza. Contrario a la tendencia pronosticada de reducción de deuda, los requerimientos financieros del sector público han crecido aceleradamente poniendo en duda la credibilidad de la política fiscal.
Regresa la inflación
La continua depreciación del peso frente al dólar se ha trasladado hacia el nivel de precios. El consenso de analistas espera que la inflación cierre este año por encima del límite máximo de 4 por ciento permitido por el banco central. Se espera que la tendencia acelere el ciclo de contracción monetaria de Banco de México, lo cual tendría implicaciones negativas para la actividad económica.