Crecimiento a bajo ritmo
La economía mexicana creció 2.1% en todo 2017, su menor ritmo en cuatro años, según la estimación oportuna del Inegi. Para este año, el avance también será lento, con un pronóstico de 2.5%, similar a su promedio histórico
Nayeli Meza OrozcoMéxico recordará 2017 como un año complejo. Los sucesos que sacudieron al país, desde desastres naturales hasta el inicio de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fueron factores decisivos en la economía nacional. El Producto Interno Bruto (PIB) tuvo un crecimiento de 2.1% en todo 2017, de acuerdo con la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
“En el cuarto trimestre, la economía mexicana logró salir del hoyo en el que estuvo durante el tercer trimestre”, dice Esteban Rojas Hernández, analista de mercados financieros. Sin embargo, el especialista explica que el crecimiento a tasa anual es el menor que se ha registrado para un año completo desde 2013.
Asimismo, el avance de 2.1% se colocó por debajo de su promedio histórico de largo plazo, el cual se había mantenido, desde 1994 hasta 2016, en 2.5%. Para el experto, esto llama la atención, pues, el bajo ritmo al que creció la economía se da en momentos en que están en marcha las reformas estructurales promovidas por el Ejecutivo Federal.
“Con todo y el músculo que ha puesto el gobierno, la economía mexicana no ha regresado a su crecimiento promedio”, agrega Rojas Hernández.
En cifras desestacionalizadas, de julio a septiembre, el PIB registró un retroceso de 0.3%, debido al efecto ocasionado por los sismos del 7 y 19 de septiembre, que afectaron el ritmo de la actividad económica nacional.
Mientras que de octubre a diciembre, la economía mexicana reportó un crecimiento de 1.0%. Este comportamiento estuvo ligeramente por encima de la estimación del mercado, que fue de 0.6%.
Por componentes, en el cuarto trimestre las Actividades Primarias crecieron 3.1%, las Terciarias 1.2% y las Secundarias 0.1% respecto al tercer trimestre del año recién concluido. Cabe señalar que las estimaciones oportunas proporcionadas por el Inegi podrían cambiar respecto a las cifras generadas para el PIB trimestral tradicional, las cuales se publicarán el próximo 23 de febrero de 2018.
Elecciones, TLCAN y más…
Para este año, el pronóstico es conservador, adelanta el analista, ya que la expectativa de crecimiento se mantiene en 2.5%, cifra similar a su promedio histórico. “En 2018 experimentaremos una gran incertidumbre, que retrasará algunas inversiones por parte del sector privado”, advierte Rojas Hernández.
Entre los factores que podrían minar el crecimiento económico de México este año destacan las elecciones del 1 de julio y la renegociación del TLCAN. A pesar de que se aleja el fantasma de un posible final al Tratado de Libre Comercio, una modernización a este acuerdo va a implicar efectos negativos sobre algunos sectores, como el automotriz, que ha sido la punta de lanza en generación de divisas y la recuperación de la actividad económica.
El petróleo también jugará un papel importante. “La producción petrolera, que ha sido un lastre en los últimos años para la economía mexicana, se mantendrá por debajo de los dos millones de barriles diarios hasta la mitad de la próxima década, esto, a pesar de que se ha dado una fuerte inversión al sector petrolero por parte de la iniciativa privada. Es un proceso lento”, dice el experto.
Además, existe una preocupación en los mercados, no solo por la incertidumbre política, también por los problemas de inseguridad pública a los que se enfrenta México.
Aun cuando el panorama económico es complejo, Rojas Hernández ve una luz al final del camino. “En los últimos meses, el comportamiento del sector exportador se ha recuperado, y el gasto corriente y de inversión pública pede ser mayor este año por el mismo proceso electoral. Asimismo, teniendo una base de comparación baja (de 2.1%), cualquier crecimiento superior, es, sin duda, mejor que el actual”.