La película del endeudamiento estatal y municipal es una bien conocida por los mexicanos.
Desde hace una década, la deuda de las entidades ha estado creciendo a pasos acelerados, sin fin aparente.
Sin embargo, más que enfrentar las consecuencias de sus decisiones, el Congreso de la Unión ha otorgado un “borrón y cuenta nueva” a las entidades que tienen situaciones fiscales menos que óptimas.
En el artículo 9 de la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal del 2013, se condona, es decir perdona, a los Estados y Municipios el 100 por ciento del Impuesto Sobre la Renta que deben del 2012.
Más aun, se perdona también el 60 por ciento del ISR que generarán los trabajadores de las entidades en el 2013 y 30 por ciento del 2014.
Si tan solo todas las empresas gozarán de un fisco tan compasivo.
Iniciativa ciudadana
Para defender a los contribuyentes, que eventualmente terminarán pagando los platos rotos, el Instituto Mexicano de la Competitividad ha elaborado la iniciativa “Yo Contribuyente”, que busca detener la citada condonación.
El sitio web se apoya también en una demanda de amparo, presentada el pasado 12 de febrero por un grupo de contribuyentes en contra del citado artículo.
Desde el punto de vista jurídico, la condonación del ISR por parte de los patrones de los trabajadores, en esta ocasión los Municipios y Estados, significa que cualquier patrón debería de gozar de los mismos beneficios.
Como toda persona en el sistema formal de trabajo sabe, embolsarse el ISR de los trabajadores de la empresa es un crimen que es castigado por la ley.
¿Por qué habrían de tener la facultad para hacerlo los gobiernos Estatales y Municipales?
Más aún, el rescate implícito -porque alivia las presiones financieras de los Estados y Municipios- no está atado a mejoras posteriores, como sería el caso de cualquier otro apoyo.
Cuando un país requiere de un rescate, los acreedores comúnmente piden garantías a cambio, con el fin de asegurarse de que la entidad no necesite un rescate después.
De ahí las insistencias de planes de austeridad creíbles cuando un país requiere de ayuda del Fondo Monetario Internacional u otro organismo similar.
Pero condonar el pago del ISR a Estados y Municipios simplemente se reduce a un regalo, lo que garantiza que no habrá incentivo alguno por no volverse a endeudar.
Es decir, el acreedor, que en este caso es el contribuyente, termina pagando un endeudamiento sin garantías de que no volverá a ocurrir.
“Lo que se perdona a unos, se tiene que reponer con lo que pagan el resto de los contribuyentes”, concluye la petición, que ya ha sido firmada por más de 3 mil 400 personas.
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Página del movimiento Yo Contribuyente
