Conectar a todos los mexicanos mediante la infraestructura de telecomunicaciones para que las poblaciones tengan acceso a internet es uno de los mayores retos que enfrenta el Gobierno federal para acortar la brecha de desigualdad.
En México, 71.3 millones de personas son usuarios de internet, pero sólo el 50.9 por ciento de hogares mexicanos cuentan con este servicio, de acuerdo con los últimos datos divulgados por el Inegi.
La intención es que todos los mexicanos puedan acceder a los beneficios que brindan el internet y la telefonía móvil, y que las compañías del sector de telecomunicaciones tengan la oportunidad de poner el cable en la última milla.
Abraham Smeke, vicepresidente de Carrier Services en C3ntro Telecom, comparte que uno de los desafíos más importantes es la falta de antenas y fibra óptica.
“Enlazar a todo el país es posible con el apoyo de las iniciativas correctas por parte del gobierno y la participación del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), ya que deben dar soporte a las empresas que quieren participar”, refiere el especialista.
El camino a seguir debe ser atractivo para la iniciativa privada y debe contar con certeza jurídica, así como ofrecer un marco regulatorio adecuado para promover las inversiones.
Jesús Romo, analista de Telconomía, destaca que, aunque las autoridades del sector de telecom aún no comparten su estrategia, es posible visualizar algunos escenarios con los que las compañías, operadores telefónicos y de televisión de paga, podrán tener oportunidad para atender la última milla.
El especialista de la consultora especializada en telecomunicaciones comparte que una de las tácticas que puede resultar positiva es introducir obligaciones de cobertura en las licitaciones de espectro radioeléctrico, como ocurrió en el concurso para la banda de 2.5 gigahertz dirigida a empresas de telefonía móvil con operaciones en México.
Otras opciones son habilitar esquemas para que los jugadores del mercado con interés diseñen soluciones para atender a los lugares en donde no hay conexión a cambio de que algunas áreas locales muy pequeñas sean exclusivas, otorgarles incentivos fiscales o permitirles pagar una parte del espectro radioeléctrico con obligaciones de cobertura.
“Uno de los objetivos es pasar de la función comunitaria del proyecto México Conectado a la opción de acceso individual. Aquí cabe la inquietud sobre cuál es el plan para que llegue un proveedor de fibra óptica y un cablero a ofrecer soluciones”, expone Romo.
Redes nacionales
México cuenta con dos iniciativas que aportarán al desarrollo de las telecomunicaciones y la conectividad en el país: la Red Compartida y la Troncal. Ambas redes son mayoristas, es decir, ofrecen servicios a operadores para que atiendan a los usuarios finales a través de la última milla.
La Red Compartida es operada por Altán Redes desde 2018. En tanto, la Red Troncal entrará a concurso este año y, de acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, el diseño de la licitación, reprogramada para marzo próximo, abonará a la iniciativa de conectividad de su gobierno.
Este proyecto permitirá el uso de 25 mil kilómetros de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para ofrecer servicios de telefonía, televisión de paga e internet de alta velocidad.
Abraham Smeke, de C3ntro Telecom, manifiesta que existe disposición por parte de las cableras para ayudar a poner fin a la brecha en el acceso a internet, aunque llevar la infraestructura a algunos lugares del territorio nacional resulta muy costoso.
“La Red Troncal es un gran proyecto, pero es necesario que las autoridades abran sus puertas para analizar las solicitudes de la industria y apoyen a las empresas para lograr el cometido de conectividad”.