Compromisos de energías limpias fueron al aire
El gasto en subsidios a los combustibles fósiles sigue siendo muy elevado en el mundo, pese a que estos recursos acaban por profundizar la desigualdad e impidiendo la acción para combatir el cambio climático
Ernesto SantillánA pesar de que decenas de naciones se han comprometido a transicionar a energías limpias, actualmente en todo el planeta se siguen gastando aproximadamente 423 mil millones de dólares al año en subsidios a los combustibles fósiles para los consumidores: petróleo, electricidad, gas y carbón.
Si se toman en cuenta los gastos indirectos, incluidos los costos para el medio ambiente, la cifra se eleva a casi 6 billones de dólares, revela el más reciente estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) titulado “No elijas la extinción”.
La enorme inversión llama la atención debido a que a pesar de que esta cifra ayuda a las personas a tener acceso a combustibles que son fundamentales para la vida y el desarrollo, es cuatro veces superior a la que se necesitaría para ayudar a los países pobres a hacer frente a la crisis climática.
Datos del Fondo Monetario Internacional (FMI) revelan que la cantidad que se gasta directamente en estos subsidios podría “sufragar las vacunas contra la COVID-19 de todas las personas del planeta o financiar tres veces la cantidad anual necesaria para erradicar la pobreza extrema en el mundo”.
Además, el análisis del PNUD destaca que estos fondos, aportados por los contribuyentes, acaban profundizando la desigualdad e impidiendo la acción para combatir el cambio climático.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo explica que los subsidios a los combustibles fósiles son ineficientes y poco equitativos, pues este gasto de recursos públicos en los países en desarrollo solo beneficia al 20 por ciento más rico de la población.
Sector energético, el más dañino
El principal contribuyente a la emergencia climática es el sector energético, el cual representa el 73 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana, dice la investigación “No elijas la extinción”.
“La quema de combustibles fósiles para uso energético (como el carbón, el combustible y el gas) son los principales responsables de las emisiones de gases efecto invernadero y de contaminantes climáticos de vida corta, causantes del cambio climático”.
Esta problemática también ha sido señalada por el Centro Méxicano de Derecho Ambiental (CEMDA), organización que advierte de dos problemas muy graves en la materia por las que atraviesa actualmente el país.
El primero es la fragilidad del sistema eléctrico y el segundo la gravedad de depender de combustibles fósiles para satisfacer nuestra demanda eléctrica.
“México es un país altamente vulnerable a los efectos del cambio climático si no se toman medidas para revertir la crisis cuanto antes”, algo que la actual administración no solo está ignorando, sino que estaría agravando de aprobar reformas como la eléctrica impulsadas por el Ejecutivo federal.
“La respuesta que ha dado el gobierno federal no resuelve la necesidad de contar con un suministro confiable y sustentable de energía. La Comisión Federal de Electricidad (CFE), que paradójicamente anunció nuevas plantas de gas con ciclo combinado, busca suplir la falta de gas con el uso de carbón y combustóleo”, dice la organización especializada en temas de medio ambiente.
Además, los cambios en las regulaciones y políticas del sector energético que ha propuesto el Gobierno federal se han calificado como en detrimento de la transición a energías limpias y dan cuenta de la ausencia de interés y voluntad por parte de esta y otras administraciones federales para llevar a cabo esta transición.
Ante este panorama, el CEMDA pide impulsar el desarrollo de fuentes de energías limpias con respeto a los derechos de las comunidades y pueblos indígenas para reducir la importación de combustibles fósiles, mitigar las emisiones contaminantes del sector y lograr una transición energética justa.
“Es conveniente mantener las medidas de ahorro energético y es apremiante detener cuanto antes el aumento de los combustibles fósiles que dañan la salud, el ambiente y que comprometen el bienestar social de México”, dice.